En lo profundo de la Sierra Gorda queretana, entre las comunidades de El Doctor y Chavarrías, se esconde uno de los secretos mejor guardados del turismo de naturaleza en México: un bosque fluorescente que cobra vida al caer la noche.
Durante la temporada de lluvias, particularmente entre junio y agosto, el suelo húmedo y la vegetación densa permiten que hongos, insectos, líquenes, musgos, minerales y resinas emitan una luz misteriosa cuando son iluminados con lámparas ultravioleta.
Lejos de los reflectores de los destinos tradicionales como Peña de Bernal o la capital queretana, este entorno mágico ofrece una experiencia única para quienes buscan contacto profundo con la naturaleza.

¿Por qué brilla este bosque?
Aunque parezca sacado de una película de ciencia ficción, la explicación es totalmente científica. Se trata de la biofluorescencia, un fenómeno en el que ciertos organismos absorben luz de longitud corta, como la ultravioleta, y la reemiten en una longitud más larga, generando un brillo visible.
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Si bien la biofluorescencia es más común en especies marinas, también se presenta en ecosistemas terrestres bajo condiciones especiales. En el caso de este bosque queretano, las lluvias activan el crecimiento de hongos y líquenes fluorescentes, que resplandecen en tonalidades verdes, azules y amarillas. También se han observado insectos y microorganismos con esta propiedad, haciendo que el entorno cobre vida propia al anochecer.

Una experiencia nocturna fuera de lo común
Los recorridos para presenciar este fenómeno se realizan exclusivamente de noche, cuando la oscuridad permite que la biofluorescencia se manifieste en su máximo esplendor.
La caminata nocturna se realiza en senderos rodeados de bosques de encino y palma, guiada por especialistas y miembros de las comunidades locales, quienes proporcionan el equipo necesario, como linternas UV y bastones de senderismo.
Durante el trayecto, el visitante descubre cómo el paisaje aparentemente común se transforma en un universo visual lleno de puntos brillantes y destellos naturales que surgen del suelo, las ramas y las cortezas de los árboles.
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Se recomienda llevar:
- Ropa abrigadora y cómoda
- Botas para senderismo
- Lámpara ultravioleta, en caso de contar con una
- Disposición para desconectarse del entorno urbano y reconectar con la naturaleza
La experiencia no sólo es visual, sino también sensorial: la humedad del bosque, el crujir de las ramas y el silencio de la sierra crean una atmósfera inmersiva que no se vive todos los días.
Un llamado al turismo sustentable y consciente
Este fenómeno natural se encuentra en una región rica en biodiversidad, por lo que los recorridos tienen un fuerte componente de educación ambiental y respeto por el entorno. Además de descubrir la belleza de la biofluorescencia, los visitantes aprenden sobre la importancia de conservar este ecosistema y apoyar las iniciativas de turismo comunitario que lo hacen posible.
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La cercanía de otras maravillas naturales como cascadas, grutas y zonas arqueológicas convierte esta escapada en una oportunidad perfecta para explorar el lado menos conocido de Querétaro, lejos de las rutas más comerciales.

Naturaleza que asombra
El bosque fluorescente en Querétaro es una muestra más de que la naturaleza aún guarda secretos impresionantes. Con el enfoque adecuado y el respeto que merece este ecosistema, es posible vivir una de las experiencias más inusuales y visualmente impactantes del turismo en México.
Si buscas algo diferente, fuera de lo cotidiano y lleno de magia natural, la Sierra Gorda te espera con sus luces encendidas.