Un retrato de Román Miranda hecho por Raúl Campos, junto al retrato de Raúl realizado por Román, recibe a los espectadores de “Cuerpos errantes”, exposición que se inauguró el año pasado y continuará en exhibición hasta el próximo 17 de febrero, en el Museo Regional de Querétaro.

“Pintor amigo” es el nombre de la pieza que Román le hizo a Raúl. Y “El dibujante” es el nombre del retrato que Raúl realizó de Román.

Raúl y Román se conocen desde hace más de 10 años, iniciaron como maestro y alumno, aunque ahora, dice Román, más que maestro y alumno, son amigos que comparten un interés por la pintura y el dibujo. Y “Cuerpos errantes” se creó como una oportunidad para seguir dialogando y para expandir ese charla con los espectadores.

La idea de la exposición tiene varios en la mente de ambos creadores; hace más de un año y medio comenzaron a planearla, cuando Bernardo Sarvide aún era director del Museo Regional de Querétaro, y el proyecto continuó su curso con el apoyo del actual titular de este espacio, Ramón Avendaño.

El cuerpo es una constante en la obra de Román y Raúl, de ahí nació “Cuerpos errantes”.

“Siempre tuvimos la idea de abarcar la figuración, que fueran personas, todo lo que rodea el ser humano, y por eso salió el título de Cuerpos errantes”, detalla Raúl.

“Pero en ningún momento se forzó, todo se fue dando naturalmente”, explica Román y añade: “siempre está en nuestra obra este diálogo de lo figurativo y siempre hemos estado cercanos en la producción, no es que tuviéramos que proponer una temática sino que siempre está en nuestro trabajo la figuración; a mí lo que me resulta muy interesante es que, si bien en un principio fuimos maestro y alumno, por decirlo de alguna manera, en realidad él iba al taller a trabajar, y era trabajar juntos, pero a partir de que Raúl tuvo la oportunidad de estar en Florencia, Suecia y Noruega, despunta y logra encontrar un lenguaje propio y muy interesante, así que en la exposición verán las dos propuestas, que son muy individuales, cada uno con su propio lenguaje ya muy marcado, pero que conviven muy bien en conjunto”.

El olvido, los recuerdos y la memoria, se ven reflejados en las piezas que presenta Miranda en esta exposición, para hablar del paso del tiempo y de cómo, desde el presente, se van modificando la historia de esos recuerdos.

“Hay una serie que tiene que ver con la memoria y el olvido, las otras piezas son de recuerdos y tengo esa temática porque creo que nosotros hemos ido modificando muestra propia historia, es decir, todo lo vivido, estoy casi seguro, no es como lo recordamos, con el paso del tiempo lo vamos modificando y llega un punto en que vamos alterando ese pasado y ya no es realmente lo que sucedió, es algo que hemos ido creando a partir de nuestro presente”, refiere Román.

En la obra de Raúl se ve un juego de emociones y un juego, con una serie de autorretratos, que le permitieron crear historias a través de la pintura.

“Me gusta jugar con las emociones, lo inherente del hombre, lo que nos vuelve humanos y más que nada estas piezas son personajes aislados que están viviendo un momento importante y cada uno tiene una expresión muy peculiar y si te acercas al cuadro tiene una narrativa que se vuelve muy personal en cada espectador, eso me encanta; también juego mucho con autorretratos y es una manera de explorar quién soy y ponerme en diferentes contextos, en diferentes historias, como si fuera un personaje de algún libro”.

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