El integrante de Botellita de Jerez, Armando Vega-Gil presenta su primer disco de música infantil y en solitario.

Armando Vega-Gil y su Ukulele Loco fue un álbum que el músico hizo pensando en su hijo de cuatro años, Andrés.

“Siempre decía que yo era un músico de grupo, nunca me vi sólo tocando”, declaró en entrevista.

La nueva producción discográfica es el resultado de un concierto mágico musical que el rockero presentó recientemente en el Museo del Chopo, en la ciudad de México.

“Todo empezó porque a mi hijo le gustan las guitarras y tenemos en mi casa una vihuela, que es un instrumento michoacano pero con pancita, la rascaba pero era muy inestable y decidí comprarle una guitarra chiquita, de esas desechables, que fuera como mitad juguete, y me acordé que existía el ukulele”, contó el músico.

El disco incluye 12 cortes, entre ellos un huapango, titulado “Una noche de catarro y pesadillas”, sobre la gripe y sus consecuencias.

Lo de la guitarrita de sonido agudo viene también del álbum de Eddie Vedder, el vocalista de Pearl Jam, y su disco Ukulele songs de 2011.

“Con Vedder tuvo un nuevo aliento, pero el ukulele tendrá unos 100 años que se volvió instrumento nacional de Hawai”, explicó el músico.

Armando Vega Gil alterna sus carrera como integrante del grupo Botellita de Jerez y la literatura infantil, ha escrito siete libros para niños. También escribe para el cine con El crimen del Cácaro Gumaro, de Emilio Portes.

Otro tema del nuevo álbum es “El vals del fantasma del futbol”, habla de eso precisamente, de fantasmas que divagan en las sombras y sufren por jugar el también llamado ”pan-boll”.

“Ahorita hay un auge del instrumento, pero de entrada yo quería un instrumento para mi chavito, y me puse a jugar y descubrí que tiene una posibilidades armónicas y sonoras increíbles y aparte puedes andar con él en todos lados sin que te cobren los aviones como equipaje extra”, recordó.

Otra canción es “El marciano y el ciempiés”, en la que cita a estos dos personajes en un encuentro maravilloso.

El rockero contó cómo y por qué fue el salto del guaca-rock a la música para chavitos.

“Creo que, en términos generales, hay un tipo de desdén profesional en término de letras para las canciones infantiles, yo no me meto en esa línea didácticas y de tirar ondas”, afirmó.

“Mis canciones para niños tienen que ver con el guaca-rock, hay una postura humorística y un respeto por los chavos”, concluyó el músico.

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