Además de ser un espacio de formación, la escuela es la segunda casa del niño. De ahí que el  proceso de selección de un buen centro educativo para los pequeños  es una tarea que inquieta a muchos padres.

Como un espacio de encuentro entre profesionales y padres,  EL UNIVERSAL Queretaro siente la necesidad de orientarlos en esta toma de decisión tan importante en la vida familiar.

La licenciada Claudia Simó, psicóloga y terapeuta familia del Centro Vida y Familia, arroja luz sobre el tema a través de un  interesante artículo en el que ofrece una detallada guía que te ayudará a tener claro cuáles deben ser tus criterios de selección.

¿En realidad es la educación la mejor herencia que podemos dejarle a nuestros hijos? ¿Qué tenemos que hacer para que sea un legado valioso y no sólo una ficción?

Millones de padres se enfrentan a la gran responsabilidad que supone elegir el colegio de sus hijos. La elección no es fácil y hay que tener en cuenta muchos factores para el bienestar de los niños.

Para tomar la decisión acertada es imprescindible conocer previamente las características, ventajas e inconvenientes de cada colegio.

La presión comienza con un par de preguntas: ¿A qué colegio llevo a mi hijo? ¿Será lo suficientemente bueno? ¿Mi hijo podrá cumplir con las exigencias y expectativas de este colegio?

Hay que tener en cuenta los criterios que determinarán la selección. Entre los más comunes están la calidad y prestigio; los profesores juegan un papel fundamental, además de la ubicación y el nivel académico; la enseñanza de asignaturas es clave hoy en día, como los idiomas e informática; las actividades deportivas y, sobre todo, los valores humanos y espirituales.

Para poder hacer una mejor selección los padres deben sentarse y pensar qué es lo que realmente buscan de la educación de sus hijos. Ojo, hay que ser realistas, pero teniendo en cuenta que las oportunidades que se les dan a través de la educación son mayores en gran porcentaje a la que tuvimos nosotros cuando estudiamos.

Por ejemplo, si están pensando inscribirlo en un colegio de currículo americano asegúrese de conocer bien el programa académico, entender si realmente puede costearlo según el presupuesto familiar. Si su hijo tiene necesidades especiales, ¿puede este colegio suplirlas? Y por último, saber si su hijo tiene la capacidad de adaptarse a este sistema escolar cumpliendo con las exigencias programáticas a sus capacidades, intereses y del número de alumnos por salón de clases y hay que saber si este sistema escolar es adecuado para su realidad psicológica y cultural.

Visitas. Lo fundamental para valorar estos criterios es visitar las escuelas, es importante  sacar tiempo para ello. De esa forma pueden saber cómo son las aulas, los profesores, las instalaciones y si tienen actividades complementarias o extraescolares.

Arma de dos filos. Pero no se debe abusar de estas actividades complementarias. Algo que tienen claro los expertos es que el colegio tiene que ser un centro de formación para los niños y no un lugar para mantenerlos ocupados hasta que los padres que trabajan les recojan. Casi todos  ofrecen actividades extraescolares; sin embargo, no conviene saturar a los niños, porque desciende su rendimiento académico.

Filosofía, misión y reglamentos del colegio. Antes de visitar el espacio académico, los padres deben hacer una cita con la orientadora o la encargada de los alumnos de nuevo ingreso.  En dicha visita deben discutir la misión y filosofía. Así tendrán la oportunidad de discutir qué es lo que el espacio persigue como institución, cuáles son sus creencias y directrices.

Valores humanos y religiosos. Lo más recomendable es que los padres inscriban a sus hijos en un colegio que persiga los mismos valores humanos que ellos inculcan en la casa y la misma educación religiosa o espiritual que se practique en el seno familiar. Esto es importantísimo, ya que el colegio es el complemento de la educación que los padres promueven, ya eue ésta  “será la segunda casa de los niños por más de 10 años”.

Buscar pronto. Pero, sin duda, los mayores dolores de cabeza para los padres son decidir cuándo empezar a buscar colegio, a qué edad enviarlo y conseguir cupo. Las ofertas de cupos en los centros de mayor prestigio en muchos casos es menor que la demanda, por lo tanto los padres deben reservar cupo uno o dos años antes de pensar en ingresar al niño al colegio.

Asociaciones de padres. Una forma de involucrarse más en la educación de su niño es participar en las asociaciones de padres, aunque requiera la asistencia a reuniones periódicas.  Sin cuestionar la profesionalidad de los profesores, es conveniente la participación de los padres, ya que junto al colegio elegido estos también son responsables de la educación de sus hijos.

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