Para Janet Arceo es imposible pensar en otra profesión que no sea estar delante del micrófono. A pesar de que fueron los escenarios los que la llamaron primero a la corta edad de tres años, ahora, con más de cinco décadas de trayectoria, su mayor anhelo es seguir siendo esa voz familiar para los radioescuchas a través de su programa La mujer actual.

“Yo amo estar frente al micrófono, es mi amante, es mi pasión, es por lo que vivo, por lo que me despierto en la mañana gustosa”, declara (con la jovialidad que la caracteriza) Janet Arceo en una entrevista que concede, curiosamente, minutos antes de subir a escena en Los monólogos de la vagina.

Y es que para la también artista del doblaje resulta difícil dejar de lado su faceta como actriz porque fue la que le marcó el camino desde el momento en que la invitaron a hacer un comercial de pasta de dientes.

Eso fue gracias a que su mamá María Teresa Maldonado Leyva siempre la vestía como muñeca de pastel y por eso llamó la atención de un productor.

A partir de ahí, “todo es historia”, resume Arceo.

“No tuve que pensar a qué me iba a dedicar, es muy complicado elegir carrera en la adolescencia, pero cuando me di cuenta ya estaba en algo a lo que me he seguido dedicando con enorme pasión, con gusto y con el cariño del público hasta la fecha”.

Si hay algo que define la personalidad de Janet, es la amabilidad y cortesía con que se dirige a la gente, como si fueran conocidos de toda la vida o como si ella no fuera una figura pública, sino la vecina de al lado.

Son rasgos que también le debe a la herencia de su progenitora, de quien recibió una gran lección de humildad cuando siendo casi una adolescente, Arceo se negó a dar un autógrafo después de dar una función en el Teatro de los Insurgentes.

“Más tardé en voltear, que mi mamá en regresarme y decirme: ‘tú tienes que entender que te debes al público, si están viniendo a buscarte es porque les gusta lo que haces y tienes que atenderlos con cariño’”.

Más que una anécdota, esa experiencia marcó el camino de Arceo como personalidad pública. Ella cuenta: “Ahí aprendí que no tienes razón para sentirte más ni menos, me di cuenta de que el público es lo más importante y tienes que estar a la hora que ellos quieran. Además debes atender a todas las personas siempre con una sonrisa aunque estés cansada”.

Y así se ha manejado desde hace más de 35 años como conductora, tiempo en el que ha alternado con diversas personalidades a las que considera como sus maestros: Daniel Pérez Alcaráz, Madaleno, Paco Malgesto y Ema Godoy, aunque hay alguien a quien recuerda con especial admiración.

“Que Raúl Velasco me invitara a trabajar en su equipo de televisión fue uno de los grandes regalos de la vida”, cuenta la conductora.

Recuerda que con él, la experiencia fue gratificante porque todo el tiempo aprendía algo diferente: ”Porque además era trabajar con un jefe muy estricto, un hombre que sabía muy bien lo que quería. Velasco tenía la enorme responsabilidad de las producciones más importantes del canal 2 de Televisa y en todas pude trabajar a su lado, fue mi gran maestro”.

Ideales. Tal vez por la formación que ha tenido, a Janet Arceo se le hace un “tonto incomprensible” la forma en que se hacen programas de radio o televisión en la actualidad.

“Me encantaría que se obligara a quien quiere usar un micrófono, prepararse para ello, que tenga el profesionalismo, que aprenda a improvisar, a manejarse con respeto para quien lo está escuchando”, dice.

En su opinión, nada de eso ocurre actualmente en la radio: “Ahora ya no hay eso, cualquier persona puede usar el micrófono sin licencia”.

Por eso se siente orgullosa de su programa, que está por cumplir 33 años. “Yo tengo muy claro que la radio puede servir para orientar, para servir.

“Así lo hacemos todos los días, desde que arrancó nuestro programa que primero se llamó El mundo de la mujer, y ahora lleva el título Janet Arceo, la mujer actual”.

Arceo comentó que es tal la confianza que el público ha depositado en ella y sus colaboradores, que incluso quienes van al médico llaman a su programa para pedir una segunda opinión a los especialistas que invita. Y ella se siente feliz de ser ese puente entre ambos. “Creo que ese es nuestro legado, el del servicio y el de usar los medios lo más alegre posible y por lo menos con mi 100% al aire, eso sí”.

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