El sentido de la Navidad no ha cambiado, “los que hemos cambiado somos nosotros”, dice el cronista municipal de Querétaro, Roberto Servín Muñoz. Conforme han cambiado los queretanos, han cambiado las celebraciones.

Con añoranza, el cronista recuerda las navidades que pasaba cuando era niño, “el 24 de diciembre era la noche soñada, la noche esperada todo el año, veíamos cómo se iban preparando los festejos, cómo llegaban las viejas carretas atrás de la congregación, ahí colocaban las carretas que llevaban a los Carros Bíblicos”.

La tradición del desfile de los Carros Bíblicos comenzó en 1826, por iniciativa del abogado José María Sotelo quien vivía “en la calle de Pasteur, la que conocemos como la casa de Don Bartolo, en la esquina con Libertad, ahí vivía él y hacía sus posadas y la gente desde afuera los oía cantar y los oía en las fiestas y se quedaban ahí a escuchar alegremente y la sensibilidad del licenciado dijo ‘no es justo que nomas goce yo con mis amigos las fiestas’ y por eso creó este desfile desde 1826 que salía precisamente de su casa, con el jubilo de todos los queretanos”.

Los carros que desfilaban en aquel entonces eran con carretas que pedían prestadas en las haciendas cercanas a la ciudad. “Y conseguir 15 carretas era muy difícil y una vez que conseguía las carretas les revisaban las ruedas y los muelles y colocaba la plataforma donde iban construyendo con cartones, costales, palos, madera, por eso eran muy pintorescos nuestros carros de antaño”.

Como una fiesta queretana define Servín Muñoz los festejos de Navidad de antaño. “La noche del 24 era excepcional para todos los queretanos, como éramos pocos ese día salíamos a la calle a ver los carros de Navidad, era nuestro sueño dorado y así como salíamos nosotros a la calle llegaban de las rancherías de alrededor de Querétaro, llegaban muy temprano para acomodarse a la orilla de la calle, en la banqueta, para sentarse a la espera de la salida de los carros de Navidad, venían de Celaya, de San Miguel de Allende, de México llegaba mucha gente y los queretanos que andaban fuera de la ciudad regresaban a Querétaro”.

Servín Muñoz explica que es a través de las iglesias se comenzaron a promover los festejos de la Navidad, desde el montaje del nacimiento, rezar el rosario, los villancicos y el pedir posada.

“Yo de chiquillo recuerdo que iba a las posadas a Santo Domingo (a todos los niños que iban al catecismo les hacían sus posadas) las posadas eran con toda la solemnidad que había, rezar el rosario, los villancicos entre los cinco misterios, la salida con los peregrinos a pedir posada, el canto de la letanía, la petición de posada, y luego después la piñata a jugar los juegos tradicionales como la roña o pares y nones”.

Todos los festejos decembrinos eran organizados por una junta de Navidad, formada por queretanos deseosos de continuar con las tradiciones. Actualmente, los festejos se realizan a través del Patronato de Fiestas de Querétaro que depende del gobierno estatal.

El Nacimiento Monumental en el Jardín Zenea y el encendido del Árbol de la Amistad en el Jardín Corregidora, son actividades del Patronato, que además tiene programado para este 16 de diciembre, a las 18:00 horas, la salida del Jardín Corregidora del tradicional Carro de la Posada.

El 23 de diciembre, a las 20:00 horas, el desfile tradicional de La Cabalgata y el 24 de diciembre, a las 18:30 horas, el desfile de Carros Bíblicos. Los festejos continúan hasta el 31 de diciembre, a las 21:00 horas en Jardín Zenea.

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