La polvareda que levantó todo el “personal” presente en el Ska Festival , celebrado en la Plaza Santa María, seguro que se podía ver desde Conin y anexas.

Era polvo que el slam ejecutado por los cerca de 3 mil asistentes, dato de Protección Civil, y que dejó a todos como pambazos.

Polvorín sketo que lanzó sus señales de “de paz y alegre resistencia”, como dijo Roco de La Maldita Vecindad, cuando se presentó en el escenario, ataviado cual “pachuco, pachucote”.

Polvo sketo que iluminaste el cielo queretano, como si fuera aurora boreal región cuatro.

Los Victorios fue la banda telonera. Banda que nace de la extinción de Salón Victoria.

“A ver banda, quien viene con el corazón roto, por acá una sección para los que están sufriendo, acá para los que dejaron de sufrir”, organizaba el front-man de la agrupación, El Chino Héctor Carrillo.

Luego hablaron de una “olla de chocolate” y de cómo antes iban a los “toquines”, pero ahora cargan con la mujer y todos los hijos.

Llegaron las canciones a la mujer, canción dedicada a los que sufren de amor. El preámbulo del festival concluyó con “Sol de media noche”.

Concierto de ska que más bien parecía, por las dedicatorias de Los Victorios, concierto de Los Temerarios.

El vocalista de Inspector se presentó en el recinto impecable, con trajecito negro y corbatita de chambelán de XV años, peinadito copetudo, y todo para que el polvo sketo lo empanizara.

La banda festeja 20 años de trayectoria y anuncia nuevo disco, con un tema lazando a través de redes sociales y gratis para la banda, “Busco amor”.

“El pin… ska está mexicano va pa’rriba y ca….”, dijo el vocalista, como si fuera ayer cuando el slam se convirtió en la manera tribal de expresar frustraciones y echar desma… y no hace casi tres décadas.

De pronto Big Javo, vocalista de Inspector, repara en un sketo queretano, colgado como chango en los barandales de la tercera zona de la Plaza, en las alturas. “Ese compa, no se vaya a caer”. Nadie peló y ahí se quedó el morro, como niño héroe del ska queriéndose lanzar al precipicio.

Roco, el pachuco-tecaztlipoca, se prepara para dar concierto. Levanta las manos y mira a los cuatro lados del mundo, las cuatro latitudes. Norte, sur, este y oeste. La banda hace lo mismo aunque algunos ni sepan que está pasando.

Roco, pachuco-Nezahualcóyotl, habla de la madre tierra y defiende a la mujer de la violencia. “Cuando vean que molestan a las chavas en la calle, defendámoslas, caminemos juntos, compa”, afirmó.

Eran las 11:00 de la noche y el slam chido apenas comenzaba. La seguridad del lugar paró orejas y peló ojos para detectar a los más ebrios y drogados y sacarlos, los cargaban con las patas pa’rriba y van para afuera.

Luego, Roco, pachuco-Tizoc, daba brincos como los “tarzanes” y los “carabonita” del cine mexicano.

Festival de ska con Roco-Tláhuac, que igual defiende a las madres solteras que a la “madrecita tierra”, porque el ska sirve para todo y a todos.

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