También lo es el tema de los padrotes y sus mañas para atrapar jovencitas pobres e incautas. Como lo es la complicidad de las autoridades en uno de los delitos de trata de blancas.

Igual de importante en esta cinta son las familias disfuncionales que proveen a los delincuentes de explotables víctimas. Como la zona de pobreza y marginalidad donde suceden estas historias, en este caso es Tijuana, pero igualmente puede ser Ciudad Juárez, Ecatepec o Guerrero, lo mismo que en alguna colonia indigente de Querétaro.

Tema de impacto social e imágenes contundentes, no por lo que muestran, sino todo lo contrario, contundentes por lo que esconden y se adivinan en el inconsciente colectivo del espectador.

En otras palabras y para que se entienda: que lo mejor está, no en lo que se ve, sino en lo que se siente, en lo que no se ve, pero se adivina.

Las elegidas es la segunda cinta de David Pablos, tras La vida después de 2013. Se estrenó en el Festival de Cannes en 2015 en la sección Una Cierta Mirada y recibió buenas críticas.

Con guión de David Pablos, asesoría de Amat Escalante, con producción de Pablo Cruz de Canana y el actor Gael García Bernal, también de Canana.

Sofía (Nancy Talamantes) tiene 14 años, entrega la prueba de amor a su novio Ulises (Óscar Torres).

Sofía es una adolescente, con un hermano pequeño y una mamá soltera, ocupada en ganar el sustento diario y sin tiempo para atender a los críos.

Entre Ulises y Sofía todo es como una romance de verano en Tijuana, con besos robados, paseos al atardecer en la playa y demás cosas del primer amor.

La familia de Ulises es como muchas, con tardes de carne asada y cerveza de bote, muchos niños corriendo alrededor. Pero en esta cinta, todo es apariencia y realidad al mismo tiempo.

Familia de leones que igual raptan o roban, e igual pasan un día de campo y hablan de la casa que quieren construir y de los viajes que harán cuando “no haya mucha chamba”.

Apariencias engañosas, de maleantes que hablan de secuestrar, como si hablaran de cómo mejorar el proceso de producción en una fábrica.

Las elegidas está en el mismo camino del cine de Amat Escalante, discípulo de Carlos Reygadas, cineasta que encontró el punto medio justo entre el cine de lenguaje y forma, con los temas sociales, logrando contundencia poética, pero con temas de alto impacto social, de crítica y remordimientos.

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