Cuando se trata de hablar de niños y adolescentes, la gente suele decir pequeños, chicos, minis o hasta chaparros, pero los 200 músicos que conforman la orquesta Esperanza Azteca de Querétaro son gigantes talentosos.

Para verlos en el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, alrededor de dos mil personas hicieron fila por más de una hora. Rosa María Cordero, parte de los asistentes, afirmó que “a esto es a lo que debe venir la gente, no es caro y vale la pena”.

Adentro, la preparación; unos corren al baño; otros se alistan para estar cerca del lugar donde deben entrar al foro; los solistas ensayan bajo la coordinación del director de la orquesta, Juárez Lincoln Velázquez, quien responde a EL UNIVERSAL Querétaro unas preguntas antes del concierto:

¿Cómo es trabajar con 200 jóvenes?

Muy divertido. Es muy desafiante porque tienen mucha energía, una vitalidad impresionante. Están en una edad que son complicados y “en bola” son más complicados. Pero, afortunadamente, la música nos ayuda a que todo fluya.

¿Cómo se eligió el repertorio del día de hoy?

Se elige con base a las dificultades técnicas de las piezas y al nivel que van teniendo ellos. También vamos poniendo piezas más demandantes como “ El Huapango de Moncayo”. Siempre damos cabida a los principiantes, pero a los que van teniendo más años hacemos que se vayan enfrentando a obras más complicadas.

¿Cuándo es su próxima presentación?

Vamos a tener un concierto cada dos meses. La próxima presentación sería en abril.

Por su parte, Liliana Díaz Hernández y Damayanti Salas Ruiz, segundos violines, dicen que están emocionadas, pero no nerviosas porque ya se habían presentado en el mismo auditorio.

Tercera llamada

Adriana Acatecatl Valdemar hace la presentación, entonces los músicos arriban al escenario. Todo se llena de color con las playeras que distinguen a cada grupo. En medio aparece la figura de quien llevará la batuta.

En el concierto se interpretaron piezas de Richard Meyer, Jean Sibelius, Klaus Baldet, Ludwig Van Beethoven, Piotr Ilich Chaikovsk y José Pablo Moncayo.

Además, Ximena Cuevas deleitó a la audiencia con “O Mio Babbino Caro” de Giacomo Pucini; Ana María Vázquez con la “Habanera” de Bizet; Alberto Medina, Ernesto Flores y Andrés Feregrino con “O sole mío”. Pero, quien se llevó la más grande ovación, incluso de pie, fue el tenor de doce años, Isaac Maldonado, con la interpretación del tema “Santa Lucía”.

Juárez Lincoln explicó el contexto de cada melodía y habló de la importancia de una agrupación como ésta, dentro de las sesenta orquestas Esperanza Azteca que hay en el país.

Recalcó el esfuerzo de los muchachos que ensayan 15 horas a la semana. Además, agradeció a la Fundación Azteca y a las autoridades que apoyan al proyecto.

Un final de película

Terminado el programa con la “Obertura 1812”, el público pidió “otra, otra”, a lo que Esperanza Azteca de Querétaro respondió, no con una, sino con dos obras más: “Oh Fortuna” de Carmina Burana y “Danzón” del compositor Arturo Márquez.

Así terminó una gran velada, la primera presentación del año de la orquesta que fue en beneficio de la Escuela 21 de marzo.

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