Una buena atención al cliente, ambiente acogedor, carta variada y acotada y, por supuesto, una buena relación calidad/precio, son puntos fundamentales en el éxito de un restaurante.

En la ciudad de México, hay una gran oferta de lugares que cumplen con estas características, ejemplo de ello es Lampuga, un restaurante que a diez años de haber llegado a la colonia Condesa, ha logrado multiplicarse y estar presente en los principales puntos gastronómicos de esta ciudad, como lo son los barrios de Polanco y la Roma.

Como parte de esta celebración de diez años, el chef Emmanuel Zúñiga invitó a cuatro colegas para preparar un festín culinario, quienes prepararon una cena de cuatro tiempos que se llevó a cabo en la sede de Polanco. Un cóctel carbón negro, por Nicolás Martín del Campo, fue el preludio conmemorativo. Luego vino el tirado de huachinango con salsa de cítricos, del chef anfitrión y más tarde los tacos de carnitas de pato, de la mano del chef Eduardo Osuna. Como plato fuerte, la chef Lula Martín del Campo presentó un filete de res con cenizas y espejo de chile cascabel. Finalmente, el postre corrió a cargo de Eduardo Da Silva, quien terminó con un cremoso tropical.

En el marco de esta celebración, Emanuel Zúñiga profundiza sobre las claves del éxito de su restaurante. “Para nosotros el cliente es lo más importante; siempre hemos tratado de ver al comensal como parte de nosotros. La evolución de Lampuga en cuanto a platillos ha sido primordial; a lo largo de estos diez años también nos hemos adaptado al gusto de la gente, para que se sienta cómoda y establezca lealtad con el lugar,” indica.

Su base gastronómica son pescados y mariscos provenientes de la pesca del día, pues así garantiza la frescura de los alimentos que se le presentan al comensal. Emanual tampoco deja de lado los cortes de carne o preparaciones tradicionales como el gazpacho, el clam chowder o una ensalada nicoise.

“Aquí nuestra gastronomía es sencilla pero con un gran sabor, la sencillez implica un máximo esfuerzo porque tienes que hacerlo bien, no hay ningún elemento que cubra alguna falta”, comenta el chef acerca de su filosofía de cocina honesta, donde se preparan desde cero las salsas y demás platillos.

Otra de las características que le han dado fama a Lampuga es su relación precio, calidad-servicio. “Nosotros siempre hemos apostado, por la calidad-cantidad. La idea de Lampuga es que compartas los platillos con otras personas, por eso siempre han sido abundantes las porciones. Si en tu mesa deseas pedir cinco entradas y compartirlas entre los comensales se puede hacer, pues la carta las divide entre frías y calientes; aunado a su oferta de platos fuertes, sopas y ensaladas.”

Acerca de los platillos del lugar, el chef indica que en estos diez años han habido platillos que se han convertido en un ícono del lugar, pues son ya socorridos por los clientes, como el sashimi de pulpo, las tostadas de atún y la jaiba suave con costra crujiente.

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