La actriz Dolores Heredia, nueva Presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), se pronunció por una administración de acuerdos. “No soy de pleitos, no soy peleonera, me gusta escuchar”, declaró en entrevista.

Habló de pendientes históricos, como los señalamientos contra la inequidad en la exhibición y distribución de películas nacionales, por ejemplo. “Ya basta de hacer protesta, no se trata de protestar por protestar”, dijo.

Dijo que está lista para ser criticada por sus pares y extraños. “No siempre tenemos que estar de acuerdo”, citó.

Explicó que quiere sentarse con los involucrados y dialogar. “Debemos ponernos de acuerdo todos”.

Que el cine mexicano es nuestra cultura, “nuestro espejo” y en ese sentido deber ser considerado.

Señaló que el cine mexicano no es marginal ni debe ser tratado como tal. “No es una condición”, dijo la actriz. “No debemos vernos así porque no somos marginales en el exterior, ellos no nos ven así”, agregó.

La AMACC nace con la primera entrega del premio Ariel, en 1946, en la llamada “Época de Oro del Cine Mexicano”. Es una Asociación Civil sin fines de lucro y recibe su presupuesto anual de la Cámara de Diputados, vía el Conaculta.

Heredia explicó que desde su nueva trinchera trabajará para que el cine mexicano “vuelva a brillar” como antes.

La actriz, quien sustituye en el cargo —honorífico y sin sueldo—, a otra actriz, Blanca Guerra.

Heredia, protagónico en Vagabunda (1994, Alfonso Rosas Pliego Jr.), resaltó la producción de títulos nacionales, que este año cerró en poco más de 130 títulos.

Señaló la diversidad de estilos y de géneros. “Dicen del dramón que vivimos todos los días y que no sabemos hacer comedias; y ahí tienes que hay muchas comedias”, acotó.

Dato al margen: la película mexicana más taquillera de todos los tiempos es No se aceptan devoluciones (casi 100 millones de dólares recaudados) de Eugenio Derbez. Una comedia ligera.

La actriz de Santitos (1999, Alejandro Springall) dijo que en el futuro del cine nacional deben participar todos. Que no hay cine mexicano bueno o malo, ni chico ni grande. “Es un asunto de percepción, en cómo lo presentamos, en cómo lo ve el público, es un asunto de mercado”, aclaró.

Dolores Heredia dijo estar preocupada por la percepción externa de la Academia como simple organizadora del premio Ariel, que se entrega anualmente. “Trabajamos para resaltar nuestra otras actividades”, precisó.

Actividades como la inversión de recursos en rescate de películas clásicas mexicanas, con el apoyo de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otras cosas.

La actriz informó que sólo el 20 por ciento de sus mil integrantes votan por las distintas categorías del premio Ariel, y aunque todavía es poco, “se ha avanzado mucho en los últimos años”, dijo.

Que uno de los nuevos proyectos está en buscar “una fórmula para que cineastas de fuera puedan participar con la academia, una plataforma, no sólo me refiero a los cineastas en el extranjero, a todos los que están fuera, que están filmando, que trabajan y no pueden estar físicamente”, dijo.

Dolores Heredia, actriz de televisión y productora de teatro, dijo que aspira a hacer de la Academia, “un lugar para todos, un espacio de encuentro, donde la gente pueda dialogar, una casa donde la gente tenga ganas de estar y tomarse un café”, dijo.

Junto con Heredia, tomó el comité organizador de la AMACC, integrado por el documentalista Everardo González, la productora Mónica González, guionista y ex directora de Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), Marina Stavenhagen, la documentalista Lucía Gajá, el actor Juan Carlos Colombo, el cineasta Ernesto Contreras, el actor José Sefami, la directora de arte Lorenza Manrique y el sonidista Nerio Berberis.

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