Para el hogar de Juan Manuel Bernal una tradición es poner una ofrenda el Día de Muertos y así recordar a los seres queridos que se adelantaron en el camino con comida que les gustaba así como bebidas e incluso vicios como el cigarro para su padre o el dulce de calabaza para su madre.

“Este año con toda la adrenalina y el ritmo que traigo debo confesar que no lo hice, pero mis hermanos sí. Ahora acostumbramos ir al panteón a ver a mis papás, a llevarles flores de cempasúchil para adornar la tumba. Otra de las cosas que me gusta es ir a Pátzcuaro ya que es la máxima celebración del Día de Muertos, una tradición hermosa”, dijo el actor a EL UNIVERSAL.

Aunque se dice peleado con el Halloween ya que no le gusta celebrarlo porque lo considera heredado por Estados Unidos, comprará dulces para los niños que tocan a su casa. Sin embargo, dice, siempre acudió con gusto a las fiestas de disfraces que organizaba su hermana mayor Marisela con la diferencia que los disfraces tenían que ver con la idiosincrasia mexicana.

“Recuerdo que ese día no sé por qué no me pude disfrazar. Mi hermana tenía un vestido largo y me vestí de la catrina, había otra enfermera muerta con cara de calavera y los finalistas éramos mi hermano y yo disfrazados de mujeres”, expresó riendo.

Comprometido como actor El histrión mexicano se dijo dolido por la situación actual en México, por lo que hizo un llamado a tomar conciencia y despertar la compasión por los otros lejos de alimentar envidias u odio esperando se encuentre un basta para que aparezcan los desaparecidos en el estado de Guerrero.

“Siempre he tenido clarísimo que mi profesión está ligada con un compromiso social y preocupa lo que sucede alrededor. Hay mucho dolor e indignación con lo que está pasando con los estudiantes en este país, por todas las injusticias y la impunidad y no puedo quedarme callado ante eso.

“Siento una profunda tristeza porque hay mucha indiferencia entre nosotros y no tomamos en cuenta que todos estamos metidos en la misma bandeja. Mi granito de arena es tratar de concientizar a las personas que de repente les molesta que haya una marcha porque no pueden pasar cuando no toman en cuenta que todos somos susceptibles que nos suceda por la inseguridad”, argumentó.

Inmerso en las grabaciones de la telenovela Así en el barrio como en el cielo, que iniciará transmisiones el próximo año por TV Azteca, se ha divertido encontrando un tono entre el melodrama y la comedia que le queda muy cómodo, además de armar una gran convivencia con los directores y el reparto.

“Es para toda la familia porque exalta los valores. Mi personaje vende buen pollo, de primera. Ya sé cortarlo, sé despedazarlo, hacer pechugas. Crecí en un negocio”, dijo a quien le queda estrenar un par de películas este año.

Agradecido porque su filme Obediencia Perfecta logró un gran número de asistentes en el cine es que se siente feliz por la confianza que el público le da al cine mexicano: “Que se arriesguen a pagar un boleto para ver una película mexicana es increíble y cada vez se hace un mejor cine ya que la práctica hace al maestro; me gusta que ya no se habla de un solo tema”.

Google News