Valencia.— El cantautor español Ismael Serrano (Madrid, 1974) está celebrando sus 40 años y su reciente paternidad (es padre de una hija de pocos meses) con un nuevo disco, La llamada, que está presentando por toda España. Un trabajo, el noveno de su carrera y que él mismo ha producido junto con Jacob Sureda, en el que habla del amor, del desamor, del paso del tiempo y de la crisis económica que vivimos, pero también que constituye todo un homenaje a Latinoamérica, ya que incluye bachatas, cumbias y sones cubanos entre otros ritmos.

El nombre del disco hace referencia a una de las tradicionales “llamadas” del carnaval uruguayo que se llevan a cabo a golpe de tambor. Pero también con el que llama a los ciudadanos a levantarse y a actuar, a luchar y a protestar, a defender un mundo mejor.

El artista lleva varios meses presentándolo por España —serán un total de 25 conciertos, todo un logro en una época de crisis en la que estamos—, y hace unos días lo hizo en Valencia, donde una vez más triunfó ante un público que acabó rendido a sus pies.

Con 15 minutos de retraso apareció ante un bello escenario lleno de árboles y de estrellas en el Palacio de Congresos de la ciudad. Y sonó la música. Temas de su nuevo trabajo como “La llamada”, que ha sido número uno de ventas en España, en la que se atreve con el reguetón, y “El día de la ira”, pero también algunos de sus míticas canciones como “Estrella fugaz”.

Ismael cantaba, a veces solo, a veces acompañado, recitaba poesía, recordaba a Machado “él dijo que lo valiente es convertir los sueños en realidad”, y emocionaba a todos los presentes. Y todo ello en un escenario lleno de árboles, luces y estrellas que él mismo lanzaba hacia el firmamento recordando su vocación frustrada de científico (empezó la carrera de Ciencias Físicas hasta que en cuarto curso la abandonó para dedicarse a la música).

Cantando y cantando, llegaba el humor con temas como “Rebelión en Hamelin”, esta vez bajo un telón de hilo que él mismo había bajado con una cuerda y en el que se reflejaban imágenes del flautista, y también las reivindicaciones con “La casa y el lobo”, un tema contra los desahucios en el que llama “a unirse al grito de los cansados para lograr que el miedo cambie de bando”. Y de allí a su mítica “Papá cuéntame otra vez”, que compuso cuando tenía 18 años “que sigo cantando con la misma ilusión que entonces”, decía, “y es un recordatorio para saber todo lo que nos queda por hacer”.

Un tema que le aupó a la fama y con el que terminó un inolvidable concierto. Bueno, quiso terminar, porque el público valenciano le obligó a salir dos veces más al escenario.

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