Tomar una taza de café va más allá de un acto reflejo, conlleva el momento que envuelve la degustación previa, comenzando con el aroma que atrae a la cafetería, pasando por el proceso de molido, hasta llegar al oscuro líquido, que de acuerdo al gusto de cada persona, puede mezclarse con leche a punto de espuma para disfrutar de un capuccino, aderezado con un cremador o como los puristas, que lo prefieren expreso.

Alberto Rubio, fundador de la marca Don Porfirio, sabe no sólo de la degustación de este deleite líquido, sino también de su arduo proceso de creación, que está a cargo de artesanos cafetaleros de Agua Zarca, en Landa de Matamoros, con quienes trabaja para promover el también llamado oro negro.

La marca Don Porfirio ofreció una exclusiva cata en el restaurante Tesgüino para dar a conocer las dos líneas que maneja, la A o Premium, que es especial para máquina de expreso y la B, con un estilo americano. A través de estos sabores que cambian de concentración, Rubio le imprime el contexto de los cafetaleros de Agua Zarca, donde el general Porfirio Rubio permaneció hasta su muerte, brindándole a la marca un sabor con historia.

Para percibir más los acentos del café durante la cata, ambas líneas fueron ofrecidas junto a dulces bocadillos como el delicioso brownie con granos enteros de café.

Todo se remonta a los años de la Revolución Mexicana, cuando el general se refugió en esta comunidad, donde es recordado como un hombre alegre y amiguero, quien siempre tenía invitados en su casa, a los que hacía sentir bienvenidos.

Con el surgimiento del agrarismo cardenista, también llegó la fiebre cafetalera que dio pie al surgimiento de pequeños y medianos ejidatarios, entre ellos Don Porfirio Rubio, de quien se pretende continuar su legado.

Sin embargo, Alberto Rubio asegura que en su afán por la consolidación de este proyecto, se ha enfrentado a distintas dificultades como la distribución del café, pues uno de sus obstáculos es la distancia a las tierras de Agua Zarca, ubicadas en la línea divisoria de Hidalgo y San Luis Potosí.

“Me he encontrado también con el reto de la difusión, he tenido poco apoyo gubernamental, tal vez unas dos dependencias han estado interesadas por el trasfondo cultural que esto proyecta. Por eso estoy trabajando también en una ruta alterna de café y aguardiente; algo así como la ruta del queso y el vino”, expresó Alberto.

Pero el empeño de Alberto no cesa y otra de sus propuestas es la creación de cabañas ecoturísticas, instaladas en zonas aledañas a los cultivos, ya que en colaboración con otros jóvenes emprendedores, pretende ofrecer actividades al aire libre como ciclismo, senderismo, gotcha y camping, que se desarrollarían rodeados de los hermosos paisajes de estas tierras.

“Queremos que conozcan y disfruten sus paisajes, hay mucha belleza natural como manantiales. Este proyecto —Café Don Porfirio— es difícil porque requiere de mucha mano de obra, sobre todo para los recolectores que hacen una labor titánica, los cultivos están en las laderas, así que se internan en barrancas y tienen que enfrentarse a la fauna”, explicó.

Entre pláticas y la degustación del café con dulces bocadillos, la cata concluyó dejando a todos con un gran sabor y la expectativa por conocer la belleza de Agua Zarca.

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