De acuerdo con el historiador mexicano Miguel León-Portilla, Tlatelolco fue un pueblo que sentó las bases para el estudio y la traducción de los primeros códices realizados por los monjes franciscanos y, especialmente, por Fray Bernardino de Sahagún.

Durante la conferencia inaugural del ciclo "Tlatelolco en el siglo XVI: Lugar de historias y saberes", el especialista destacó la relevancia de los conocimientos del pueblo tlatelolca.

"En cierto modo, este lugar forjó las bases de lo que ahora es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ya que le heredó algunos de los principios del Colegio de Santiago de Tlatelolco", aseguró León-Portilla.

En el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, el experto en náhuatl indicó que el Colegio de Santiago, fundado en 1536, puede ser considerado como la primera universidad de la Nueva España, y que la labor desempeñada por los frailes franciscanos, para formar a los hijos de nobles indígenas, fue excepcional.

"Los avances que se consiguieron en este colegio son muchos, incluso los nobles indígenas, descendientes de Moctezuma, eran educados al estilo europeo y capaces de hablar el latín de una manera tan elegante y fluida como el mismo náhuatl", abundó.

León-Portilla habló, además, sobre uno de los primeros mapas de los que se tiene registro, en el cual se puede observar cómo era la isla de Tlatelolco en 1540 y cómo se distribuían sus pobladores, las casas, los bosques y algunos animales.

Asimismo, el autor de Bernardino de Sahagún, pionero de la antropología (1999) aseguró que gracias al virrey Antonio de Mendoza fue posible la traducción de algunos códices prehispánicos.

"La peste mataba a nueve de cada 10 personas en la Nueva España, por lo que el virrey de Mendoza ordenó a los médicos del Colegio de Santiago hacer un libro sobre los remedios prehispánicos, de ahí que los monjes tuvieron que acercarse a los viejos sabios del pueblo", comentó.

Miguel León-Portilla compartió algunas anécdotas de Fray Bernardino, a quien consideró el primer antropólogo en México; "él fue el único, en su época, que desarrolló un método de investigación", anotó.

"Fray Bernardino de Sahagún se acercó a los indígenas y les habló en su idioma, de este modo pudo recoger tres tipos de textos diferentes: sacros, respuestas a preguntas concretas y anécdotas que los propios indígenas le iban contando", expuso.

Antes de concluir su participación, señaló que la riqueza de Tlatelolco se ubica en sus textos, en las traducciones realizadas por los monjes; "este lugar debe ser considerado como un foco de sabiduría", manifestó.

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