Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esclerosis múltiple (EM) —enfermedad autoinmune del sistema nervioso— y que haya un diagnóstico más oportuno y confiable, desde el Laboratorio de Neuroinmunoendocrinología del Departamento de Investigación Biomédica de la Facultad de Medicina (FMed) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), un grupo multidisciplinario de universitarios se ha dado a la tarea de analizar la concentración de vitamina D y su asociación con factores inflamatorios, así como el deterioro cognitivo que presentan los pacientes con esa enfermedad.

Dicha investigación está dirigida por la doctora Adriana Jheny Rodríguez Méndez y la maestra en Ciencias, Ana Laura Hernández Ledesma, en colaboración con estudiantes de posgrado, entre ellas la licenciada en Biotecnología, Jocelyn Moreno Camacho, quienes han trabajado de la mano de diversos especialistas en distintas áreas en pacientes con EM y asociaciones civiles –como Sinmielina EM de Querétaro I.A.P.—.

“La evaluación de los biomarcadores en la sangre de los pacientes que estamos investigando, podrían ser un método de apoyo para complementar el diagnóstico que ya esté realizando el neurólogo por imagenología, o algunas determinaciones bioquímicas en el líquido cefalorraquídeo (LCR)”, explicó la doctora Rodríguez Méndez, quien dijo que otra de las finalidades de este estudio es que el paciente no tenga que acudir a una punción lumbar, que es de donde se obtiene el LCR, y que es un método invasivo y con cierto riesgo para el paciente.

Aunado a esto, Rodríguez Méndez expresó que en caso de que la evaluación de los biomarcadores analizados sea exitosa, el tiempo para diagnosticar la EM podría reducirse hasta 50% y que, un paciente, en lugar de esperar hasta 10 años para conocer su diagnóstico, pueda hacerlo entre 3 y 5 años, lo cual contribuye a que inicie un tratamiento temprano e integral, que pueda disminuir la severidad de los síntomas y la progresión de la enfermedad.

Por su parte, la maestra Ana Laura Hernández Ledesma, coincidió en que una de las razones por las que comenzaron este trabajo fue para disminuir la incertidumbre que tienen las personas que viven con este padecimiento, ya que son muchas las incógnitas que tienen al respecto de la enfermedad y por ello, la importancia de brindar información y herramientas que ayuden a mejorar su diagnóstico y pronóstico.

Del trabajo hecho por Hernández Ledesma, se concluyó, —entre otras cosas— que un porcentaje importante de los pacientes con EM tienen osteopenia y osteoporosis, algo que los pacientes desconocían.

arq

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