La figura llama la atención: un perro de cartón, color amarillo verdoso espera afuera de la sede del Congreso estatal para ingresar. Lo llevan Mercedes Valdez y Maru Herrera, presidenta y secretaria de la Alianza para el Rescate y Rehabilitación de la Fauna Silvestre y Urbana AC, acuden a pedir apoyo a los legisladores para su labor, pues no cuentan con subsidios, sólo reciben apoyo de los ciudadanos, además de que no sólo es rescatar animales, sino que buscan educar a las personas en el cuidado de las mascotas.

Ambas mujeres esperan entrar al Congreso para poder hablar con los diputados. El perro de cartón va dotado de una alcancía para recibir donativos de los “buenos samaritanos” que quieran aportar para las “croquetitas” de los más de 450 animales, que dice Mercedes. tienen en los diferentes albergues que forman la alianza.

“Somos un grupo que tenemos más de 450 animales a nuestro cargo. Somos varias asociaciones civiles y rescatistas independientes en Querétaro. (Rescatamos) mapaches, víboras, aves, zarigüeyas, todo el animal silvestre”.

Señala que además del abandono de perros y gatos, las especies más frecuentes de encontrar en la calle, la gen te suele abandonar tortugas, iguanas, mientras que en el caso de las zarigüeyas es frecuente en esta época, en la que están en celo, que sean atropelladas, pues el desarrollo urbano ha invadido sus hábitats.

“La gente nos las quiere. Luego se meten en los patios de las casas, en los jardines, a hacer sus nidos, a cuidar a sus crías y la gente piensa que son ratas gigantes, son inofensivas y son herbívoras. Pensemos que son animales en peligro de extinción. La tortuga es una especie protegida, igual que otras especies”, apunta.

Explica que además del rescate de la fauna, dan pláticas en escuelas, desde jardines de niños hasta universidades, para generar conciencia.

Comenta que también llegan a rescatar aves de rapiña, que eran entregadas a las autoridades del Parque Nacional El Cimatario, “pero desgraciadamente con este nuevo gobierno lo que hace es que sólo tiene alimento para los venados, pero para los otros animales no les da comida. Nosotros hacemos recolectas para llevar alimento a El Cimatario. El parque no recibe ya animales, los tenemos que llevar a la Profepa y ya sabe a donde destinarlos”.

Sin embargo, muchos de los animales no pueden regresar a sus hábitats, pues no saben cazar, no sobreviven, señala Mercedes, quien dice lleva más de 20 años rescatando animales a través de una organización.

Recuerda que su madre le enseñó desde chica a cuidar y proteger a los animales. Dice que vivía en la Ciudad de México y entre ambas rescataban perros que eran abandonados en el Parque Hundido, y que llevaban a su domicilio, para luego buscarles un hogar.

Agrega que la situación en Querétaro es preocupante, pues al año se rescatan de las calles nueve mil perros, “ojalá hubiera nueve mil hogares, pero no los hay. También tenemos campañas de esterilización y ayudamos en eso”.

Apunta que ellos tienen a los animales hasta que son adoptados, pues están en contra de sacrificarlos, incluso, afirma, han tenido perros hasta por un año y los entregan vacunados, esterilizados y desparasitados.

Mercedes se queja de las autoridades de la capital, quienes prometieron que habría menos sacrificios de perros y gatos, y ha sido al contrario, pues animales que llegan a Control Animal sólo los tienen 15 días y luego son dormidos.

Otra especie que padece el abandono es el gato, la gente cree que son independientes, pero no es así, ya que están acostumbrados a tener su alimento y su casa, sin que ello impida que salgan a reconocer los alrededores, por eso recomienda la esterilización, pues ésta evita que brote el instinto de salir a buscar pareja y se vuelven más hogareños.

Menciona que en la alianza trabajan 70 personas, algunos realizan jornadas de adopción de perros, servicio veterinario con vacunas a bajo costo y consulta para las mascotas los domingos en el parque de Carretas.

Agrega que se mantienen gracias a los donativos que las personas les dan, ya sea en efectivo o en especie, pues llegan a recibir alimento, además de dinero para solventar algunos gastos, como las vacunas. Las empresas requieren recibos deducibles, “no lo hacen por amor, lo hacen por deducir impuestos. Ojalá alguien nos apoye, porque es un trabajo para la ciudadanía, no nada más para nosotros”.

Por su parte, Maru precisa que el fondo del abandono de los animales en la calle está en la educación para tener y conservar una mascota, “hay que ser dueño responsable, porque cuántas mascotas tienen dueño y los sacan a defecar a la calle y no recogen. Es cuestión de educación. Todos los animales que viven en situación de calle son un foco de infección, y nuestra labor es precisamente eso, no nada más rescatar al animalito. Es una labor pública muy importante la que realizamos”.

Por ello, dice, le gustaría que hubiera una instancia que las apoyara, que nos las tomaran como “las viejas locas que no tienen nada qué hacer”, pues así las catalogan en algunas ocasiones.

“Señoras sin qué hacer, póngase a trabajar, nos han dicho, cuando la verdad somos amas de casa, protectoras, madres, profesionistas, no somos viejas locas, pero nos damos a la tarea de hacer una labor altruista”, apunta.

Maru precisa que desde hace 20 años lleva a cabo este activismo animal, motivada porque siempre ha sido muy “animalera”, y en su familia les inculcaron el respeto por todos los seres vivos, pues todas las especies tienen una razón de ser en todos los ecosistemas, y el ser humano no puede decidir quién vive y quién muere.

Añade que su primer rescate aún vive con ella, una perra llamada Burundis, la encontró atropellada, aunque le decían que la sacrificara, no lo hizo.

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