Debido a la implementación de programas de prevención, en Querétaro la reincidencia delictiva de quienes han estado en algún centro penitenciario es un problema que no representa ninguna alarma.

Ethos Laboratorio de Políticas Públicas presentó este lunes, en la capital del país, el Reporte Ethos: Descifrando el gasto público en seguridad, estudio donde se asegura que la prevención del delito es un concepto que también se refiere a la capacidad de evitar que los presos cometan nuevamente delitos una vez que estén en libertad.

De acuerdo con Lilian Chapa, experta en prevención del delito, las estimaciones expuestas del gasto en la materia tienen dos consecuencias importantes. Por un lado, se sobreestima la importancia presupuestal que recibe la política preventiva y, por el otro, se genera confusión sobre lo que es y lo que no es prevención.

El estudio refiere que la Constitución Mexicana señala, en su artículo 18, que el propósito de la prisión es lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir.

Para 2016, se detalla, que el presupuesto ejercido en reclusión y readaptación social, en el país, fue de 20 mil 354 millones de pesos, aunque no se sabe con precisión qué porcentaje se destinó a los diversos programas de reinserción social.

El estudio detalla que en México sólo 11.6% de los presos reinciden; sin embargo, el problema en algunas entidades federativas es alarmante, como Jalisco y Aguascalientes, con 37.3 y 36.7%, respectivamente. Mientras que Querétaro sólo 7% de los presos reincide.

Hay estados que en el estudio no revelaron sus cifras, como son los casos de Michoacán, Nayarit, Sonora y Tlaxcala.

Poca efectividad

La efectividad del gasto público debe ser una constante en el funcionamiento del gobierno, más cuando se trata de temas de alto impacto en la calidad de vida de los ciudadanos como la seguridad interior.

En conclusión, muchos rubros del gasto en seguridad son opacos, tanto en su destino como en los resultados que producen.

Lo cual implica que no existe información confiable sobre qué funciona y qué no, lo que debilita la toma de decisiones sobre la permanencia, eliminación o modificación de los programas.

Por ello, sólo con información pertinente y detallada sobre las prioridades de gasto y sus resultados será posible mejorar la eficiencia de este rubro presupuestal.

México es uno de los países más violentos del mundo, se registran 15.7 homicidios por cada 100 mil habitantes. Por lo cual, nuestro país está muy lejos de tener sociedades pacíficas como las de Argentina y Chile (7.6 y 3.6 homicidios por cada 100 mil habitantes).

El diagnóstico de la violencia varía drásticamente entre las entidades federativas. Para 2016, los estados con las mayores tasas de homicidios por cada 100 mil habitantes fueron Colima (81.6), Guerrero (61.7) y Sinaloa (38.6).

Por su parte, Yucatán, Aguascalientes y Nayarit fueron los estados más pacíficos. Cabe destacar también que la violencia en 11 estados supera el promedio nacional.

Querétaro es el quinto estado con menor tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, con 5.9.

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