El caso de Inés Acevedo Espinoza se conoció hace un año, aproximadamente, cuando la mujer quedó viuda luego de unos cuantos meses de haber contraído matrimonio con su esposa, con quien sostuvo una relación por más de dos décadas, y que además de mantener una lucha legal por obtener la pensión de su pareja, tenía que tratar de conservar los inmuebles que compró con ella.
El problema de Inés, mujer adulta mayor, en un inicio fue que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no reconocía su acta de matrimonio y no le quería pagar la pensión de su esposa, por lo que recurrió a organizaciones sociales y de derechos humanos, para que le ayudaran en ese caso.
Sin embargo, otro problema que enfrentó fue la sucesión de bienes inmuebles que había comprado con su esposa a lo largo de los años de relación, y que la familia de su pareja, quien murió intestada, reclamaba para sí, a pesar de que los inmuebles estaban tanto a nombre de Inés, como el de su pareja.
Esta situación se presenta con cierta frecuencia en parejas igualitarias, donde los matrimonios son recientes y alguna de las partes llega a perder la vida. Al no existir descendencia, los familiares del finado reclaman derechos sobre propiedades adquiridas por la pareja, dejando en a la indefensión a la pareja sobreviviente.
El desconocimiento de las leyes causa que muchas personas pierdan sus propiedades, muchas ocasiones con los hijos, y otras con la familia política, quien encuentra en la situación una oportunidad de “heredar”.
De acuerdo, a la propuesta de reforma al Código Civil del estado, para que las viudas y viudos puedan heredar los inmuebles adquiridos durante el matrimonio, de acuerdo al líder del PRI en el municipio, Francisco Pérez Rojas, no discrimina a los matrimonios diversos, pues va dirigida a proteger a las familias queretanas, ya que esta ley es general.
Con ello, tanto parejas heterosexuales, como del mismo sexo, podrán gozar de certeza jurídica en la adquisición de sus bienes inmuebles y qué pasará con ellos cuando uno de los dos muera.
