Varios factores están dañando el trabajo de miles de personas dedicadas a este arte, así como el nulo interés que han demostrado las nuevas generaciones en seguir desarrollando esta actividad. Muchas son los causas que podrían afectar que esta actividad, tan tradicional de nuestro país, se siga llevando a cabo. Una de ellas es el poco conocimiento y valor que los mismos mexicanos le dan al trabajo y productos de los artesanos. Según palabras de Francisco Oropeza Galván, fabricante de artesanías de madera y originario del municipio michoacano de Paracho, “los mexicanos no conocemos las bases de nuestra artesanía, no hay interés de la población de saber cuál es la artesanía típica de su estado, de su comunidad o de su pueblo, cuáles son sus raíces. La gente no valora eso”.

Francisco menciona que en, la también llamada capital mundial de la guitarra, son muchas las familias que viven de la fabricación de éstas, muebles finos y una gran variedad de artesanías hechas con madera, pero asegura que son cada vez más los jóvenes que deciden dedicarse a otra cosa que a continuar la tradición familiar de la fabricación y venta de artesanías

“Creo que el interés se está perdiendo. Yo me dedico a esto desde niño, ya somos tres generaciones que nos dedicamos a esto. A mí me gustaría heredarles el oficio a mis hijos, pero no creo que ellos sigan haciendo lo que nosotros hemos hecho. Las cosas han cambiado, uno mismo cree que la superación para ellos es que estudien, que hagan otras cosas, otra actividad que no sea esto, para que estén mejor que uno”, señaló Oropeza Galván.

Consuelo Mejía, artesana de Huimilpan, especialista en tejidos de lana, explica que otro factor que ha afectado la actividad artesanal en México, es la importación de productos “chinos o de otros lados, que son de mala calidad y más baratos, lo que provoca que el trabajo de los artesanos de nuestra región se abarate. Nuestros trabajos tienen acabados especiales, son hechos a mano, son muy bonitos pero muy mal remunerados”.

Consuelo afirma que muchos jóvenes, hijos de artesanos, prefieren buscar un trabajo “estable”, que les de cierta seguridad, antes de dedicarse a la artesanía. “La artesanía ya no es un negocio como para vivir. Muchas veces ellos encuentran un trabajo donde pueden ganar un poco más y prefieren dedicarse a eso, en vez de seguir la tradición familiar”, añadió.

Pedro Vélez, alfarero oaxaqueño, expone que se dedica a la elaboración de artesanías en barro desde hace 25 años, un oficio heredado de sus padres y abuelos, “éste es un trabajo de tradición de mis antepasados, ellos me heredaron el oficio de la alfarería”, dijo.

El señor Vélez asegura disfrutar de su trabajo, pero es crítico al señalar que su oficio se vio afectado por las noticias que señalaban que los trabajos de barro contenían plomo y era dañino.

“Sí fue cierto, pero los alfareros de este país utilizamos nuevas técnicas, nuevas materias primas para que sigamos haciendo lo mismo, pero mejor. Ahora el producto es más resistente, es mejor y sin plomo. Desafortunadamente la gente no sabe eso, desconfía y no compra. Por eso se está yendo para abajo el mercado de la alfarería”.

Cabe mencionar que el segundo Encuentro Nacional de Artesanos, Querétaro 2015, reúne a más de doscientos artesanos del país, y se llevará a cabo hasta el 30 de junio en la explanada del Centro Educativo y Cultural Manuel Gómez Morín.

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