Un grupo de nueve estudiantes de la Universidad Aeronáutica de Querétaro (UNAQ) participó en el Human Exploration Rover Challenge 2016, en la ciudad de Huntsville, Alabama, en el U.S. Space & Rocket Center de la NASA del 7 al 9 de abril del presente año.

De acuerdo a Sergio Uriel Hernández Botello, originario de Cuernavaca, Morelos, estudiante de la UNAQ y líder del proyecto, el concurso consistía en construir un vehículo impulsado sólo por la fuerza humana que sea capaz de andar en terrenos hostiles, simulando superficies similares a las de un asteroide, la luna o incluso Marte. Explicó que algunos de los requisitos que estableció la NASA fueron que el vehículo fuese completamente mecánico y que no contara con ningún elemento eléctrico, hidráulico o neumático.

Es la segunda ocasión que este grupo de estudiantes queretanos participan en este concurso, donde miles de jóvenes de varias partes del mundo, especialmente Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, intentan sorprender a los jueces con los mejores y más innovadores diseños de este vehículo, también conocido como “buggy”.

Una experiencia única y enriquecedora, así definió Sergio Hernández, la oportunidad de participar y conocer las instalaciones de uno de los centros más importantes de la NASA.

“Es una muy buena experiencia, aprendes muchísimo, conoces otras culturas porque en la competencia hay gente de otros países, tienes la posibilidad de platicar con ellos y conocer sus ideas de desarrollo, que son diferentes a las tuyas”, explicó.

Considera un orgullo haber representado a México y a la UNAQ en esta competencia internacional y recordó que en el 2014, lograron obtener el segundo lugar a nivel nacional y el lugar 36 de un total de 86 participantes a nivel internacional. Este año, dijo, aún no dan a conocer el ranking.

No obstante, asegura que el principio no fue fácil, ya que desconocían la dinámica para conseguir recursos que les permitieran la construcción de este proyecto, así como el establecimiento de esquemas adecuados de planeación para poder compaginar sus estudios. Afirma que significó una gran responsabilidad y un gran esfuerzo.

“Hace dos años, cuando empezó esta idea y decidimos inscribirnos, pensé que la universidad tiene capacidad para esto, ya que es una universidad de manufactura, tiene todas las herramientas, los profesores son muy buenos, hay personal adecuado, pero es mucho compromiso, hay que tener mucha organización con el tiempo y hacer un buen plan de trabajo y apegarse a él”, expresó.

Gretel González Martínez, estudiante del cuarto cuatrimestre de la carrera de Ingeniería Aeronáutica en Manufactura y parte del grupo que viajó a Alabama, valoró el apoyo de la propia universidad, del sector empresarial e incluso de sus familiares para hacer realidad, algo que considera es un sueño cumplido.

“Somos unos apasionados de la aeronáutica, de lo aeroespacial. La verdad es que es una gran inversión de tiempo, esfuerzo y dinero, pero valió la pena. Fue una experiencia que no cambiaría por nada, haber ido al lugar en el que todos los ingenieros aeronáuticos soñamos ir y haber tenido la oportunidad de haber concursado ahí, fue algo increíble”, expresó.

En tanto, Omar Felipe Baeza López, estudiante del octavo cuatrimestre de la Ingeniería Aeronáutica en Manufactura, invitó a todos sus compañeros de la UNAQ a darle continuidad a este proyecto y vivir una experiencia similar para conocer la forma de trabajo y la visión de estudiantes de otras partes de mundo.

Señaló que los errores que han cometido en sus dos participaciones podrán ayudarles a los alumnos que se incorporen en un futuro; con la finalidad de posicionar cada vez mejor, a su universidad y al país a nivel internacional en el ámbito del conocimiento en aeronáutica, un sector que experimenta un importante desarrollo en la entidad.

“Quizá muchos quieran seguir y enfocarse en esto y creo que sería algo bueno, dejar todo lo que llevamos y las cosas que hemos hecho a alguien que quiera hacerlo. La experiencia fue muy buena y el crecimiento tanto personal como profesional es especial e importante”, argumentó el estudiante.

Destacó las habilidades que han tenido que desarrollar para conseguir los recursos que les permitieran financiar su proyecto, como la compra de materia, los boletos de avión, el hospedaje en los Estados Unidos, etcétera.

En este sentido, Omar Baeza, agradeció los apoyos recibidos por parte de la misma UNAQ, del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Querétaro (Concyteq), ya que ello les permitió trabajar de mejor manera, a diferencia del primer año, donde tuvieron que recibir el apoyo económico de sus padres.

“La vez pasada nosotros compramos los materiales, lo que hicimos fue con nuestro dinero y esta vez sí fue con dinero de la universidad. Tuvimos cosas más especializadas, más bonitas y de mejor calidad”, expresó el joven estudiante.

Finalmente, todos coinciden en señalar que el buscar espacios internacionales para poner en práctica lo aprendido en las aulas de la UNAQ es necesario e importante. sin embargo, solicitan un mayor compromiso y apoyo de todos los involucrados, que incluye a alumnos, profesores y autoridades, para tener el soporte suficiente y que realmente, como dice su eslogan, tengan un cielo de oportunidades los cerca de mil 300 alumnos con los que cuenta la Universidad Aeronáutica de Querétaro.

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