Aun lado de la cancha los dos equipos esperan. Sentados bajo una lona blanca que se preparó para lo ocasión, las dos oncenas formadas por reos del penal de San José el Alto esperan la llegada de miembros del equipo de Gallos Blancos, que visitan el centro penitenciario.

Miguel Martínez, Mario “Mono” Osuna, Yerson Candelo, Carlos Fierro, Édgar Hernández, Víctor Milke, Ricardo Peña, Jaime Gómez, Dionisio Escalante, Ariel Betsiel Hernández, llegan y se sientan en una carpa contigua.

Los jugadores del penal observan a los profesionales del cuadro queretano, sin importarles mucho los discursos que dan las autoridades presentes, como el secretario de Gobierno, Juan Martín Granados Torres, o el del titular del Instituto del Deporte y la Recreación del Estado de Querétaro (Indereq), Markus López.

Miguel Ángel Contreras Álvarez, director general de Reinserción Social de la Secretaría de Gobierno, da la bienvenida a los invitados emplumados, al tiempo que agradece la donación de balones, pero más el voltear a ver a un sector de la población que está en el olvido.

Luego, Arturo Villanueva, presidente Administrativo del Querétaro, habla a nombre del club. Dice que para Gallos Blancos como club es muy importante acercase a todas las comunidades de Querétaro, platicando de los beneficios del deporte.

“Dar un mensaje de lo importante que es para nosotros, como club de futbol, ser un ejemplo a seguir para toda la comunidad. Por eso para nosotros era muy importante esta invitación, convivir un rato”, asevera.

Bromea un poco. Dice que espera que para la próxima ocasión espera que uno de los equipos porte el uniforme de Gallos Blancos, pues una de las escuadras porta el uniforme de los Jaguares de Chiapas, y el otro del Barcelona. Las risas se hacen presentes y la broma del directivo del Querétaro rompe el hielo del protocolo.

No por estar autoridades como Juan Marcos Granados Torres, secretario de Seguridad Ciudadana; Juan Luis Ferrusca Ortiz, secretario de Seguridad Pública del Municipio de Querétaro; Alejandro Echeverría Cornejo, fiscal general del estado; Markus Javier López Winkler, director del Indereq; el mismo Arturo Villanueva y Joaquín Beltrán, presidente Deportivo del Querétaro, la seguridad se relaja.

Una docena de elementos de vigilancia están atentos a la cantidad de personas que visitan el penal, algo inusual para el centro penitenciario, así como la gran cantidad de funcionarios estatales que se dan cita.

Arquero de la libertad.

Es un hombre de mediana edad. Su posición, arquero, que practica desde hace mucho tiempo, y se siente entusiasmado por la visita de los integrantes de la escuadra queretana.

El futbol representa para los reos, dice, un proceso que han adoptado para la reinserción social y los compromete a ser mejores personas día con día y ser útiles a la sociedad.

Dice que admira a Alfredo Talavera y a Jesús Corona, aunque también señala que Tiago Volpi es un buen arquero. Además explica que sólo dedica dos horas a la semana al futbol, pues se dedica a otras actividades, ya que es el encargado de servicios a la comunidad, que es mantener las áreas del penal en buen estado y apoyar al mantenimiento del penal.

Apunta que el ambiente en los partidos del futbol en el penal se pone aguerrido y a veces ríspido, aunque al final se dan la mano, a pesar de meter la pierna fuerte.

El acto protocolario da paso a la convivencia con los jugadores… y los empleados del penal. Algunos aprovechan para tomarse fotografías con los jugadores, quienes acceden de buen modo a posar para los celulares.

Amables, Miguel Martínez, Yerson Candelo, y en general todos los jugadores, rotas las formas, se acercan a los jugadores que son libres en una cancha de futbol a la semana.

Ríen, hacen bromas con los emplumados, mientras van avanzando en el terreno de juego que está dentro del penal, escenario ahora de la convivencia de reos y atletas.

Los funcionarios también se unen a la convivencia entre deportistas. Se tiran penales, tiros de castigo que tratan de detener los guardametas. En ocasiones lo logran. Se forman para probar suerte. Juan Marcos Granados Torres, Juan Martín Granados Torres, Echeverría Cornejo, disparan, algunos, como el secretario de Gobierno, logran anotar.

También disparan Martínez, Candelo, ambos fallan. Luego de unos minutos, la sesión de tiros llega a su fin, y se toman la “foto oficial”, teniendo como marco las grandes paredes del penal, que son vigiladas desde lo alto.

Un mundo de personas invade la cancha, buscan la foto de último momento, saludar a sus ídolos, estrechar sus manos, algo que haga má inolvidable este día.

La vigilancia es extrema. Los guardias lucen un tanto desconcertados por la gente, que se mueve por todos lados. No pasa nada. El ambiente es de fiesta, de convivencia.

Martínez dice al final que los reclusos les dan otra visión de Querétaro, y que les da la oportunidad de conocerse mutuamente, y se dice dispuesto a volver cuando sea necesario para convivir con los presos.

La visita termina. Los invitados poco a poco salen del penal, y la rutina vuelve al penal de San José el Alto, donde la cancha luce ahora vacía, esperando que se vuelve a llenar de ilusiones y sueños.

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