Hoy se celebran elecciones de gubernatura en seis estados de la República Mexicana. Se trata de las siguientes elecciones tras las intermedias celebradas el año pasado, en el que el escenario político del país cambió interesantemente. Por ello es que también ha habido especial atención en lo que podría pasar ahora. ¿Cuál es el panorama y qué impacto tendría para la política de México?

En contraste con las elecciones presidenciales de 2024, las elecciones de hoy parecen poco relevantes. No obstante, caeríamos en un error garrafal si lo llegáramos a pensar de esa manera. Las elecciones gubernamentales de hoy son las antepenúltimas elecciones antes de las presidenciales siguientes y en gran medida las condicionarían, pavimentarían el camino para ese magno acto para el país, pero no se reduce a eso su importancia.

Las elecciones que se efectúan hoy son relevantes por varias cuestiones. Son seis las gubernaturas que se eligen, es decir, poco menos del 20% de las entidades federativas del país. Si bien el número es significativo, lo es más una característica que comparten: la posición de su gobierno ante el partido oficialista. Actualmente, 16 gubernaturas están regidas por Morena y las otras 16 lo están por partidos políticos que hoy en día se consideran como la oposición política del país. Las seis gubernaturas que están en juego forman parte de este segundo grupo.

Lo anterior es lo más distintivo de estas elecciones y ello alberga enormes oportunidades para el partido oficialista, pero también riesgos abismales para la oposición política. Los estados en juego gobernados por el PAN son Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas, y por el PRI son Hidalgo y Oaxaca. Como se puede apreciar, si se llegara a presentar al menos una transición política en estas entidades, el ganador sería Morena, ya que el equilibrio apuntado anteriormente de 16 y 16 cambiaría.

Ahora, ¿cuáles son las estimaciones por estado? Sin duda, en la política todo puede pasar, sin embargo, de acuerdo con las encuestas, se estima una victoria de Morena en al menos tres estados: Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo. En cuanto a la oposición, la victoria en Aguascalientes parece un hecho. Pero la situación en Tamaulipas y, sobre todo, en Durango, a pesar de que las encuestas muestran una ligera ventaja para los morenistas, sigue siendo poco clara, no hay mayor certeza aún, por lo que la victoria se la podría llevar cualquiera de los dos bandos.

Considerando el fenómeno Morena, si la oposición política lograra retener tres de los seis estados, podemos considerar que fue un triunfo para ella. Pero si el partido oficialista se llevara cuatro o cinco gubernaturas, lo cual también es probable, la oposición sería la gran perdedora. En este esquema, el perdedor de perdedores sería el PRI, puesto que habría cedido sus dos gubernaturas en la contienda, reduciendo el número de entidades que rige a dos, a saber, Coahuila y Estado de México, que justamente el siguiente año estarían en juego.

No cabe duda que el resultado de estas elecciones nos podrá mostrar una radiografía interesante del ánimo y apoyo político de los ciudadanos de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Es una evidencia sólida tanto de lo que debe hacer Morena para mantener su poder, como la oposición política para competir con el partido oficialista.

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