El impuesto al refresco fue calificado como una medida de vanguardia en el combate contra el sobrepeso, obesidad y diabetes. Hoy está siendo demolida por falta de visión del principal objetivo: combatir una pandemia que cuesta más de 80 mil vidas al año.

“La creación del impuesto en México en 2013 fue celebrado internacionalmente por tratarse de una medida que atacaba directamente un importante problema de salud pública; hoy estamos siendo criticados por proponer medidas regresivas que atentan contra la vida”, comentó la senadora Marcela Torres Peimbert.

Indicó que se repite una batalla que a pesar de las resistencias se logró ganar hace dos años y que puso al país en el plano internacional. Aseguró que en todo caso se debería pelear porque el dinero que se recauda de dicha contribución se transparente, se destine a la prevención y se realice la rendición de cuentas correspondiente.

Torres también llamó a los senadores de las distintas fuerzas políticas, y en especial a su grupo parlamentario, a no votar por la regresión, sino por la salud de los mexicanos.

“Los invito a que reflexionemos, pero sobre todo a que demostremos a las mexicanas y mexicanos que tomamos en serio el derecho a la salud que garantiza nuestra Constitución, que no nos debemos a otros intereses más que al de nuestra gente”, comentó la legisladora panista.

Torres Peimbert indicó que seguirá apoyando a las más 60 organizaciones de la sociedad civil agrupadas en la Alianza por la Salud Alimentaria y Contrapeso, mismas que han trabajado en el tema y que han luchado durante este tiempo en combatir el sobrepeso, la obesidad y la diabetes en México.

“El costo por la atención médica de padecimientos como la diabetes, atribuible a la obesidad, representa el 73% del presupuesto programado a la salud. El gobierno no está previniendo el sobrepeso, la obesidad y la diabetes, y solamente está paliando las enfermedades con miles de millones de pesos. Un Estado comprometido con la salud pública no permite que mueran miles de personas por padecimientos previsibles como la obesidad y la diabetes”, puntualizó la senadora Torres Peimbert.

De acuerdo con cifras presentadas por el Instituto Nacional de la Salud Pública, en 2014 el impuesto al refresco logró disminuir 12% en promedio la ingesta de estas bebidas, y se ha mostrado un aumento de 4% en la compra de agua embotellada. Redacción

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