El mercado Mariano Escobedo, ubicado en el centro de la ciudad (entre las calles de Vicente Guerrero y Allende), existe desde finales del siglo XIX. Anteriormente se encontraba en lo que hoy es conocida como Plaza Constitución.

La historiadora Oliva Solís explicó cómo era el espacio donde se encontraba este centro de comercio, pues con las leyes de Reforma, las capillas de San Francisco se empezaron a utilizar como tianguis.

“En algunas fotografías de esa época se pueden ver los espacios utilizados como mercados pero con puestos ambulantes. Entonces, don Porfirio Díaz subió al poder y una de las cosas que impuso fue la creación de infraestructura. En el caso de Querétaro, el gobernador Francisco González de Cosío también siguió esta política, entonces por un lado era creación de infraestructura y por otro era hacer hermosa la ciudad; hacerla digna. Ese espacio lo remodelaron e hicieron el mercado Pedro Escobedo”.

Francisco Javier Martínez, uno de los locatarios del actual mercado está a punto de cumplir 50 años en el comercio. Desde niño vende abarrotes.

“Estuvieron mi papá con mis abuelitos y mis tíos. En aquel tiempo se vendía bien porque no había ni tantos mercados ni tanta competencia. Veníamos mi hermano y algunos primos; a mi hermano no le gustó porque hay que trabajar todo el día y en días festivos, porque es cuando se venden más. Pero a mí sí me gustó y sigo aquí”, dijo Francisco.

Su papá iba a vender desde muy joven, cuando el mercado se llamaba Pedro Escobedo y, en aquel tiempo no tenía local adentro, sino un estanquillo.

El tianguis cambió de ubicación, fue difícil recuperarse porque la gente dejó de comprar. En aquellos años, “se les hacía lejos y debían caminar más”.

“Dice mi tía que los comerciantes vivieron unos cinco años, más o menos, en números rojos, porque la gente no entraba. Después que vieron que no había gente, empezaron a soltar muchos locales, de hecho el mercado no estaba así, la plancha eran de puras bardas chiquitas como de metro y medio y ya todo el mundo construyó e hicieron bodegas y todo”, comenta el comerciante.

Por su parte, la historiadora Oliva Solís, explicó que cuando se construyó el mercado se edificó con enrejado, techos, agua potable y baños públicos.

Se limitan espacios del mercado, están muy bien señalados y, es considerado uno de lo más modernos, aunque no era el único, había otros como el mercado del Carmen y San Antonio.

“Hasta la década de los 60 funcionó ese mercado cuando también en el otro proceso modernizador de la ciudad había desbordado sus límites; el otro gobernador Manuel González Cosío, decide que hay que cambiarlo. Entonces se manda a donde ahora esta actualmente y se amplió”, informó Oliva Solís.

Mariano Escobedo es un mercado que ha superado las altas y bajas ventas. El lugar ha presentado tres “golpes” de inestabilidad.

“El primero fue cuando el mercado lo cambiaron y la gente se quedó en el Centro porque nadie quería venir, era una zona fea. El segundo fue porque teníamos la Central de Camiones cerca, la gente cuando viajaba nos compraba pero cuando se cambió, las ventas bajaron. El tercero fue cuando una línea de camiones de la flecha azul, que venía de San Bartolo, llegaban aquí cerca. Pero se quejaron de ellos y los quitaron”, detalló Javier Martínez.

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