Cuenta la leyenda que en 1726, cuando Querétaro era una Villa de casas blancas. Por esas calles polvorientas, mujeres y niños cargaban un cántaro. Caminaban (entre arbustos) 2 horas hasta los manantiales de la Cañada, y regresaban con 12 kilos sobre su hombro, para traer agua.

Las campanas del Convento de la Santa Cruz resonaban como plegarias, por una lluvia que no llegaba. Quien sí llegó, fue don Juan Antonio de Urrutia y Arana, marqués de la Villa del Villar del Águila.

El marqués conoció a Sor Marcela. Una joven monja, que le imploró ayuda para traer agua al convento. Se tardó 12 años, pero en 1738 le cumplió.

Don Juan Antonio le metió 88 mil pesos de su bolsa (en el siglo XVII había pesos de plata casi pura de 27 gramos, equivalentes a 8 reales); y consiguió aportaciones —de otros particulares— por 37 mil, para completar los 125 mil pesos que costó edificar 74 arcos (de hasta 28.5 metros), que se extienden a lo largo de mil 280 metros.

Don Urrutia y Arana terminó la obra a los 68 años. No culminó su amor. Pero sí resolvió el grave problema de abasto de agua de ese Querétaro. El Acueducto es un monumento histórico a la terrible escasez de agua.

Hoy (casi 300 años después) la población de Querétaro creció 79 veces su tamaño. De acuerdo con la Conagua, el Acuífero del Valle de Querétaro pierde 3 metros de su nivel por año. En 2022, fueron declarados 17 de los 18 municipios en sequía moderada y severa.

En 1940 se encontraba agua a 100 metros. Hoy (que ya no hay concesiones) se tienen que excavar 400.

Paco Garrido resolvió el problema en 2011 (ya se tandeaba agua en la metrópoli) construyendo el Acueducto II. Costó 2 mil 850 millones de pesos y trae agua entubada desde 123 km. Se pidió un crédito que, sin ningún retraso, será saldado por la CEA en 2029. Paga 50 mdp mensuales.

El Acueducto II es eficiente, pero ya no alcanza para dar agua a una población donde cada mes hay cerca de mil casas nuevas. En 2050 habrán 3 millones de habitantes. Construir otro Acueducto (el III), costaría 5 mil mdp más que el Batán, y su capacidad sería rebasada en 10 años.

El #BatánAguaParaTodos, un proyecto del gobernador Mauricio Kuri, es una solución más barata. Con tecnología mundial de punta, para los siguientes 30 años.

No endeudará las finanzas públicas. No aumentará la tarifa del agua (sólo la inflación) y pondrá en su casa agua, que cumplirá todas las normas de calidad internacionales y nacionales. Más que en Singapur.

La iniciativa de Kuri es avalada por Conagua. La presidente Sheinbaun la incluyó en su Plan Hídrico sexenal.

Si Morena hubiera existido en el siglo XVII, su grilla torpe y telarañas ideológicas, hubieran impedido la construcción del Acueducto. Hoy no existiría este Querétaro, lleno de retos. ¿Se atreverán a hacerlo hoy? Sería Morena el nuevo monumento histórico a la sequía.

X e Instagram: @PedroPabloTR.

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