Qué difícil es escribir con un nudo en la garganta, este 16 de febrero ha hecho el paseíllo celestial un empresario de época, de los que ya no se encuentran con facilidad, un visionario y fuera de serie que veía lo que muchos no, un amigo que te tendía la mano fueras conocido o no, fueras del medio taurino o no. Siempre dispuesto a ayudar.

La partida del Pollo Torres Landa es una que duele en el alma, los taurinos hemos perdido a un empresario que vivía y defendía la fiesta como pocos. Hace un mes estábamos agradeciéndole por todo el tiempo que dio corridas en su plaza, un pequeño redondel donde las grandes figuras querían estar.

¿Qué tenía Juriquilla? Una plaza pequeña en tamaño pero grande en peso y abolengo, lo que tenía Juriquilla era al Pollo Torres Landa, él era quien daba vida, quien se la jugaba y daba las oportunidades.

Respetado por todos en diversos ámbitos, figuras del redondel que se quitaban el sobrero ante él y su plaza. Los más grandes toreros y ganaderos pisaron ese ruedo, siempre acompañados por la calidez del Pollo.

Personalmente se acercó a mí para tenderme su mano en aquel acontecimiento en su plaza, poniendo a disposición todo para que se resolviera, acompañando el proceso sin negarse a nada.

Darle las gracias a Don Pollo siempre nos quedaremos cortos para su gran legado. Pero eso sí, desde nuestra trinchera defenderemos su legado, su Fiesta Brava y sobre todo su nombre, que era respetado por todo el mundo taurino.

Desde aquí enviamos un abrazo solidario a la familia Torres Landa, a su esposa Lupita y a sus hijos, quienes tendrán el honor de continuar con su legado.

olmo_16a@hotmail.com

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