Ante el atraco electoral del oficialismo morenista, donde tramposamente ganaron todo -como consumación de la toma del Poder Judicial, ordenada por López Obrador-; ahora pretenden justificarlo, a pesar de que ello enfrente la realidad, la lógica y la democracia misma. Quieren imponer una versión oficial que contradice el “mandato popular” que expresó su rechazo, mediante el abstencionismo, ante el cúmulo de maniobras de esta farsa.
Por un solo voto, 6 a 5, el INE terminó validando la fraudulenta elección. En contra estuvieron Arturo Castillo Loza, Dania Ravel, Claudia Zavala y Martín Faz.
El consejero Arturo Castillo dijo que “esta elección también trajo de vuelta prácticas tremendamente antidemocráticas que creíamos desterradas de nuestro sistema electoral”, y enumeró una lista. Asimismo, añadió: “quiero referirme al elefante en la sala del que nadie quiere hablar, los llamados acordeones. Y el problema es evidente, la totalidad de las candidaturas ganadoras en los órganos nacionales; esto es, en la Suprema Corte, el Tribunal de Disciplina Judicial, y la Sala Superior, y en cuatro de las cinco salas regionales del Tribunal Electoral –con excepción de la Sala Regional Toluca-, coinciden con las promovidas en los llamados acordeones. Si se tratara de una campaña, improbablemente exitosa, estaríamos frente a un reto de fiscalización que por supuesto subsiste-, pero se trata de otra cosa; se trata de posible propaganda ilícita pagada con recursos prohibidos y distribuida en gran parte del territorio nacional”.
Castillo Loza puntualizó que “si bien se trata de diversos modelos de acordeón, en su mayoría promueven a las mismas candidaturas ganadoras en los cargos nacionales y en las cuatro salas regionales. En los cargos nacionales, las candidaturas ganadoras estaban incluidas, en promedio, en el 80% de los acordeones y en los cargos de las salas regionales, la coincidencia es del 85%, en promedio. Esto constituye un indicio de que, a pesar de las diferencias entre los distintos acordeones, se trató de una estrategia propagandística dirigida intencionalmente a beneficiar a las mismas candidaturas”.
Y, concluyó: “todos estos elementos, indicios y procedimientos pendientes, para ser exacto, me generan –al menos a mí, personalmente- una duda razonable sobre la validez de estas siete elecciones”.
Guadalupe Taddei, no sólo con su voto -sino también con sus servicios- mantuvo el entreguismo que la caracteriza y la convierte en la peor titular que ha tenido el árbitro electoral en este país. Siguiendo el guión aprendido, afirmó que la elección judicial fue “íntegra de principio a fin, con todo y los embates externos e internos”. Luego de esto, sus familiares -y ella misma- deben estar tranquilos: podrán continuar gozando de los beneficios del obradorismo.
Quedó explícito, también, el despropósito de la presidenta Sheinbaum por encubrir esta simulación que atenta contra la democracia, pero le conviene. Así es el poder, para algunos.
Consultor. Doctor en Comunicación y en Ciencias Políticas y Sociales