La semana pasada se celebró el amor y la amistad, las redes sociales se inundaron de personas celebrando el amor. Con esto me puse a pensar en las relaciones terminadas y cómo las personas borran los rastros de sus ex parejas de las redes sociales, ya sea eliminando fotografías o editándolas para hacer como si nunca hubieran estado ahí. Esto me recordó a algunas pinturas que escondieron durante años elementos dentro de sus composiciones, es así que esta semana te contaré acerca de una obra que generó mucha controversia en los últimos años.

Uno de los artistas más famosos del barroco holandés es Johannes Vermeer, lo podemos recordar por obras como, La lechera (1658) o La joven de la perla (1667). Sus pinturas muestran una mirada misteriosa e íntima de escenas de la vida cotidiana holandesa del siglo XVII, esto lo logró a través de un manejo extraordinario de los diversos elementos compositivos. En 1657, el autor elaboró la pintura Muchacha leyendo una carta frente a la ventana, ésta, como el titulo lo dice, muestra a una chica rubia en una habitación mirando una carta, la habilidad artística de Vermeer provoca que podamos ver esta escena a través de una mirada íntima y especial. Algo que distingue a Vermeer es la delicadeza que le daba a sus obras, esto se ve a través su uso tan especial del color azul o su manejo tan perfecto de luces y sombras, estos y otros elementos provocan que sus pinturas luzcan muy realistas. Es por esto que durante años resultó extraño ver una sombra que aparentemente no correspondía a ningún elemento. Es así que en 1979, después de un análisis de rayos X, los especialistas se dieron cuenta que la obra ocultaba otra pintura, un cuadro de Cupido. Durante años se creyó que el mismo Vermeer había sido el responsable de ocultar este detalle; sin embargo, en 2017, tras tomar la decisión de restaurar la pieza, otro análisis demostró que la obra había sido cubierta varias décadas después de la muerte del artista. Esto afianzó la decisión de restaurarla y mostrar la obra con su intención original. Esto le dio nuevas lecturas a la pintura, antes podíamos suponer pocos significados de la carta, ahora sabemos firmemente que la chica se encuentra leyendo una carta romántica, tal vez de su primer amor, tal vez de un amor fugaz o tal vez de un amor que nunca fue. La obra restaurada se encuentra actualmente en exhibición en la Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos en Dresde, Alemania.

En la actualidad, los programas de edición y la tecnología en general han propiciado suficientes herramientas para borrar rastros de lo que alguna vez fue, pero tal y como esta pieza nos mostró, el amor deja rastros. Pero, ¿tú qué opinas? ¿Crees que borrando una foto desaparece el amor que alguna vez existió? ¿Crees que el arte realmente deja rastros? ¿O tú qué hubieras hecho? ¿Hubieras dejado oculto el cupido?

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