México está padeciendo una de las peores sequías de los últimos años y Querétaro es una de las entidades más gravemente afectadas; las presas de las zonas áridas y semiáridas están prácticamente vacías, por lo cual las fuentes superficiales disponibles para el abastecimiento del líquido vital están muy restringidas y las subterráneas corresponden a acuíferos sobreexplotados, en la mayoría de los casos.

Las afectaciones se tienen en el sector agropecuario y en la atención de las necesidades fundamentales de la población. Asimismo, como consecuencia adicional, ante la carencia de producción agrícola, los alimentos básicos escasearán y se encarecerán; la sequía, inevitablemente, impacta en lo económico y en varios ámbitos.

Esta nueva serie de artículos que inicia, pone atención principal al caso de la Ciudad de México y a la Zona Metropolitana de Querétaro (ZMQ), lo que sin duda ocurre en otras ciudades del país.

La Ciudad de México se ha abastecido de agua subterránea desde el siglo pasado, de manera principal, así como también de agua proveniente del Sistema Cutzamala. Una de las consecuencias de la extracción de agua de los acuíferos en la Cd. de México ha sido el fenómeno de la subsidencia (hundimiento) en el Valle, lo cual ha afectado la infraestructura urbana, la hidrología de superficie y obviamente la subterránea misma.

Ante la sequía que ha afectado el Sistema Cutzamala que normalmente contribuye con aguas superficiales (ahora reducidas), las autoridades de la Cd. de México han aumentado el bombeo de sus aguas subterráneas, han decidido la rehabilitación de pozos y también la están extrayendo a mayor profundidad, lo que conlleva el riesgo de menor calidad del agua extraída y mayor hundimiento del Valle (subsidencia). El gobierno de la Cd. de México no ha logrado atender la demanda de agua de la población y existen serias dificultades de abasto. La sobreexplotación actual del acuífero es del orden de 25 m3/s.

En la ZMQ la situación también resulta difícil, porque sus fuentes de suministro del líquido vital para la población son el bombeo de su agua subterránea y la contribución de Acueducto II, con agua que proviene de Zimapán.

El crecimiento de la ZMQ y el aumento de población, han superado la capacidad de respuesta para contar con la infraestructura necesaria. Acueducto II ha sido de gran utilidad, pero no suficiente, al incorporar el caudal proveniente de Zimapán se logró atemperar el bombeo de aguas subterráneas y se intentó frenar el continuo abatimiento del acuífero, el cual causa la subsidencia que también ha afectado al Valle de la Ciudad de Querétaro provocando, además del asentamiento del suelo, fallas por subsidencia que dañan la infraestructura y modifican la hidrología tanto la subterránea como la superficial.

Recientemente, el Vocal Ejecutivo de la Comisión Estatal de Aguas, Luis Alberto Vega Ricoy, reconoció que se habían tenido que rehabilitar pozos y que el abatimiento del acuífero seguía creciendo. Es sabido que el gobierno de Querétaro ha estado realizando gestiones con el gobierno federal, desde hace varios años, para incorporar más agua a la ZMQ; uno de los proyectos anunciados se refiere al sistema “Batán”. (Continuará)

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