Para la economía mexicana es un imperativo crecer vigorosa y sostenidamente. Este crecimiento, además de incluyente, debe ser para que las regiones con los mayores rezagos sociales reciban el empujón para salir de las trampas de pobreza. Dado el bajo crecimiento económico nacional observado en los últimos 18 años, que en promedio ha oscilado alrededor del 2% anual, y que para 2019 se espera sea de 1.2%, cabe preguntar qué hay que hacer diferente para crecer más del 4% anual.

Qué hacer diferente, implica también pensar el cómo, dónde y con qué proyectos puede gestarse ese aumento en la producción y en el empleo. Es un hecho, las reformas estructurales que México ha emprendido durante los últimos 30 años no han redundado en los incrementos de la productividad a lo largo del territorio nacional. Pero sí hay varias entidades federativas que muestran crecimientos económicos vigorosos y sostenidos por varios lustros. Destacan las tasas medias de crecimiento anual cerca del 5% de: Baja California Sur, Aguascalientes, Quintana Roo y Querétaro. Le siguen las que están ligeramente por abajo del 4%: Guanajuato, Nayarit, San Luis Potosí, Nuevo León, Sonora, Chihuahua y Yucatán.

¿Qué tienen en común estas entidades federativas? Uno, que son economías ligadas a las exportaciones manufactureras; esto es, se beneficiaron del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica; dos, en el caso de Baja California Sur, Quintana Roo, Nayarit y Yucatán ha sido el turismo. En breve, la apertura de la economía mexicana ha sido fundamental para alcanzar tasas más altas de crecimiento económico. Es aquí donde físicamente se ha dado la inversión extranjera directa, aunque se domicilie en la Ciudad de México (CdMx).

De hecho, las cuatro economías regionales más grandes de México [CdMx, Edo. México (Edomex), Nuevo León (NL) y Jalisco], que son las que aportan casi el 41% del producto interno bruto (PIB) del país, no son las regiones de mayor crecimiento de las actividades productivas. Son las que tienen las ciudades y zonas metropolitanas más importantes del país, y el componente de los servicios es el más relevante. NL es algo diferente, entre estas entidades, es la que ha logrado una mezcla de producción para atender el mercado nacional y exportar, y a su vez impulsar los servicios. Esto ha permitido que entre las economías más grandes de México, NL es la que ha mostrado el crecimiento sostenido más alto. De continuar con esa trayectoria, superará en tamaño al Edomex, y en términos per cápita al de la CdMx. A su crecimiento económico ha contribuido el acceso al gas natural.

Todo esto viene a cuento porque la nueva administración tiene que hacer muchas cosas de manera diferente para crecer. Las economías que por mucho son las que más jalan y mueven la tasa de crecimiento nacional son indiscutiblemente CdMx y Edomex. Por lo tanto, merecen mucha atención. Aunque no lo crea, la CdMx y Edomex son las entidades federativas que menos exportan. Chihuahua exporta casi 20 veces más que CdMx. En consecuencia, aquí se requiere de proyectos que integren a estas entidades a las cadenas globales de valor para exportar y reindustrializar a la CdMx. Ahí entra el proyecto del aeropuerto. El nuevo aeropuerto de CdMx y Edomex es para conectar los municipios del oriente tan poblados al mundo y transformarlos. El beneficio adicional que tendría ese aeropuerto es convertirse en la base (hub) para recibir los vuelos de Europa, Asia y América del Sur, y no regalarlos a Houston y Miami. La aritmética para crecer requiere de una visión territorial para seleccionar los proyectos que detonan crecimiento y empleo.

Economista. @jchavezpresa

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