El tema más importante en el debate de la vida pública del país es la situación hídrica que vivimos y que viviremos durante las próximas 5 décadas, la defensa del derecho humano al agua ha sido una lucha de la izquierda desde hace tiempo y hoy en día continúa siendo una causa prioritaria en la agenda de académicos, colectivos y la ciudadanía en general. Desde hace varios años la narrativa respecto a la cantidad de agua que hay en Querétaro versa en el sentido de que no hay agua, sin embargo, voces autorizadas reformulan la interrogante y nos llevan a cuestionar quiénes son dueños del agua que hay en nuestra entidad, quiénes han permitido que la industria se posicione en primer lugar, por encima de la población cuando de repartición de agua se refiere y en especial, qué recibieron a cambio.
El gobierno de Mauricio Kuri tuvo en su lista de pendientes el tema de privatizar el vital líquido, hasta el momento su plan avanza con mediana prosperidad y se ampara en un juego de palabras para no aceptar la evidente privatización del agua en Querétaro, con este antecedente y con una prisa que levanta sospechas, el gobernador quiere echar andar a toda velocidad el proyecto de “El Batán, Agua para todos” bajo el discurso que asegura que este dará garantías de acceso al agua para las y los queretanos, lo que no nos dice es que acorde a expertos en la materia, la calidad del agua que proveerá este proyecto es de pésima calidad, no apta para el consumo humano y detonará una crisis sanitaria en un corto plazo.
Algo que nos preocupa y nos hace pensar mal a muchos es la negativa del gobernador y su gabinete a escuchar a expertos en la materia como es el Premio Nacional de Ciencias y académico universitario, Dr. Yunni Meas, quien pone en la mesa una propuesta viable para atender el tema del agua, en pocas palabras el investigador propone que el sector industrial que hoy en día goza de agua de pozo, inicie el consumo de agua tratada lo cual no afecta su actividad y que sea la población quien consuma el líquido extraído de lo pozos después de que este pase por un proceso de potabilización con tecnología que existe y se usa en la actualidad. Esta propuesta no solo estaría evitando una catástrofe en materia de salud, sino que evitaría el gasto excesivo en energía y mantenimiento, mismo que correría a cargo del bolsillo de las y los queretanos. Hasta el momento la administración estatal, algunos presidentes municipales, la dirigencia local del PAN, legisladores azules y la Diócesis de Querétaro se han pronunciado a favor del proyecto “El Batán”, aunque ninguno de ellos cuente con un respaldo científico y mucho menos un conocimiento pleno en la materia para hacerlo, al parecer Kuri no sabe que hacer, miren que echar andar a la iglesia es un síntoma claro de desesperación.
En otro orden de ideas el proyecto de “El Batán” representaría una carga financiera para las familias queretanas, una deuda de 41 mil millones de pesos que no daría garantías de acceso al vital líquido de calidad, mientras los que hoy gobiernan tendrían la posibilidad de tomar la nueva ruta Querétaro-Madrid para así huir de una crisis múltiple creada por la ambición y ocurrencias de una camarilla de mafiosos. El que puso el dedo en la llaga es el Dr. Herrera, quien abiertamente se ha posicionado en contra de este proyecto con bases científicas y en especial ha desnudado las irregularidades en los sobrecostos de este proyecto, en una entrevista el legislador menciona que la planta más grande del mundo trata 100 millones de metros cúbicos al año, mientras el proyecto del gobernador trataría 50 millones, la planta ubicada en Israel costó 5 mil millones de pesos y la que se pretende hacer en Querétaro tendría un costo de 10 mil millones de pesos. ¿Porqué la planta del gobernador cuesta el doble que la más grande del mundo y su capacidad es menor en un 50%? ¿El Batán representa un desfalco a las familias de Querétaro? ¿Por qué impulsar un proyecto de estos costos, cuando el agua que brindará atentará contra nuestra salud? ¿Porqué nos quieren envenenar?
Estas y otras preguntas son las que tenemos que hacernos la ciudadanía y en especial los legisladores de Morena, PT y PVEM quienes tienen la oportunidad histórica de desafiar al poder en turno en defensa de la salud pública y el derecho humano al agua y evitar con su voto en pleno que el atraco más grande en la historia de Querétaro se consume.
Exdiputado local de Morena