La advocación de la ciudad y Diócesis de Querétaro, fundadas en 1531 y 1863 respectivamente, es el apóstol Santiago Peregrino, el que evangelizó de Medio Oriente a la Hispania y la convirtió al cristianismo. Después de su muerte, Santiago Peregrino regresaría a Compostela, hoy en la autonomía de Galicia, España, para recibir a diario miles de peregrinos de todo el mundo e iluminarlos con el faro de la fe.
En el proceso de civilización de la zona geográfica del valle de Querétaro no hubo conquista para instalar el dominio español, antes bien, hubo una aceptación pacífica del nuevo gobierno real y de la religión católica, imponiéndose al pueblo recién fundado el nombre de Santiago de Querétaro, a partir del 25 de julio de 1531, fecha generalmente aceptada por la tradición y los cronistas a partir de Fray Isidro Félix de Espinosa, cuando Santiago Caballero, patrono de las Españas se apareció en el cielo sobre la loma de Sangremal en medio de la batalla sin armas que sostenían durante once horas los chichimecas locales contra los españoles, tarascos y otomíes venidos de Acámbaro y Nopala, respectivamente. Santiago representa la pacificación sin sangre del pueblo de Querétaro y por ello, la actual ciudad, lleva su nombre desde 1531, restableciéndose en la Constitución local en 1996.
Apareció, en 1722, el impreso “La cruz de piedra, imán de la devoción”, del franciscano de ese colegio de Propaganda Fide de La Cruz, fray Francisco Xavier de Santa Gertrudis; éste es el primer texto en el que Santiago y la cruz de piedra son asociados directamente con la fundación de la ciudad.” Narró el religioso que tras once horas de lucha entre los ejércitos de otomíes cristianos y los paganos chichimecas se obscureció el cielo de repente cuando aparecieron “una cruz resplandeciente entre roja y blanca y a su lado la imagen del apóstol Santiago”. No sólo es el padre Santa Gertrudis el primero en asociar el prodigio con la fundación de la ciudad, sino que en su obra se mencionó también por primera vez, como prueba de la veracidad del hecho, la presencia de ambos símbolos en el propio escudo de armas.
El primer escudo de la ciudad de Santiago de Querétaro fue otorgado por el rey de España, Felipe IV, el 25 de enero de 1656, poniendo en consideración en que es el patrón de dicho pueblo el señor Santiago y que la advocación de esta república es el bienaventurado Santiago. “Por remate de lo alto del escudo se pondrá sobre nubes y campo tornasolado al señor Santiago como patrón que ha sido y es ahora de la ciudad, armado a caballo y en la mano derecha se le pondrá el pendón real con las armas de su majestad”. Andrés del Rosal y Ríos, por mandato del señor juez Gonzalo de Mayorga, escribano real.
“Al amanecer del 25 de julio de 1531 esperan los indígenas que van a presentar batalla en el Cerro de Sangremal, para lo cual tienen la formación usual de combate, capitaneados por Don Lobo y Don Coyote. El ejército conquistador baja por la Cuesta China hasta quedar frente a frente con los indígenas queretanos. A una voz se suelta el griterío, se acometen ambos ejércitos, mas no con armas sino a “trompadas, mordidas y patadas”, durante once horas según se afirma, al cabo de las cuales todos están hambrientos, fatigados y sudorosos en medio de una polvareda que oscurece todo. Es tradición que en ese momento se vio una Cruz en el firmamento, hacia el ocaso, cuando ya había estrellas, y al Apóstol Santiago con el pendón de Castilla, por lo que los conquistadores dejan la pelea y los conquistados se arrodillan y aclaman al nuevo Dios y al nuevo Rey, a lo que el historiador Mariano Cuevas ha llamado “modelo de conquistas”, porque no hubo derramamiento de sangre”.
Cronista del Estado de Querétaro