Útiles y necesarios, aunque a decir de muchos ciudadanos, insuficientes. Los estacionamientos en la capital queretana, principalmente en el primer cuadro, varían en precios y servicios. Para algunos, son caros, mientras que para otros son económicos, más cuando se tiene prisa y no hay dónde dejar el auto, aunque el principal factor para preferir uno en especial es la confianza, más que la tarifa.

La cantidad de oficinas, tanto públicas como privadas, así como negocios en el Centro Histórico de Querétaro, obliga a quien acude en su automóvil, a realizar algún pendiente, usar los estacionamientos de la capital.

Los precios por hora son variados, dependiendo de las instalaciones del mismo. Los hay cubiertos, subterráneos, al aire libre, pavimentados, empedrados y hasta de terracería. Las tarifas que cobran varían de acuerdo con la infraestructura que cuentan.

Los estacionamientos se dividen en tipos A, B y C. Los tipo C tienen una tarifa de 21 pesos por hora. Los B, 27 pesos y los A, una tarifa de 33 pesos. Todos siempre en horario de las 6:00 de la mañana a las 20:59 horas de la noche.

La diferencia entre los estacionamientos y su clasificación depende de las instalaciones. Por ejemplo, que sean techados o estén pavimentados.

Hay quienes prefieren los estacionamientos más céntricos, aunque sean un poco más costosos. Hay quienes usan los que no están tan cerca del primer cuadro, pero que son prácticos porque a veces son más baratos o incluso, gratuitos.

Tal es el caso del estacionamiento del Centro Cultural Manuel Gómez Morín, inaugurado en 2020 y que ha permanecido gratuito, a pesar de que, desde su inauguración, se habló de su posible costo. Muchos queretanos que acuden al primer cuadro optan por este lugar para estacionar sus vehículos, aunque deben de caminar un poco más hasta sus destinos.

Los estacionamientos de alrededor de los mercados municipales también son importantes pues ayudan a que los clientes de esos lugares se sientan atraídos para comprar.

Alrededor del mercado Hidalgo, en el centro de la ciudad de Querétaro, hay dos estacionamientos públicos. Ambos, aunque amplios, brindan servicios también a los clientes de los negocios cercanos. Los locatarios de ese mercado siempre han pugnado por un lugar exclusivo para sus compradores.

Otra muestra es el mercado de La Cruz, donde también a su alrededor hay al menos tres estacionamientos públicos que, en buenos días de ventas, suelen ser insuficientes para los clientes que acuden al centro de abastos, así como a los negocios en los alrededores.

Las experiencias de los usuarios son diversas. Hay quienes no tienen queja alguna de estos sitios, mientras que otros recuerdan malas experiencias.

En un estacionamiento, narra Martha, en una ocasión, hace más de una década, le robaron dinero que había dejado en el portavasos de su automóvil.

Ese día, recuerda, iba a dejar una suma importante de dinero a un familiar, pero por trabajo tuvo que acudir a otro lado, dejando su auto en un estacionamiento donde debía dejar las llaves para que el personal pudiera moverlo.

Tras hacer las diligencias, Martha regresó a su vehículo y, para su sorpresa, vio que el dinero que había dejado en el portavasos había desaparecido.

“Siempre soy muy fijada en el dinero que dejo en el coche y me espanté mucho cuando vi que faltaba el dinero del portavasos. Pensé que también se habían llevado el dinero que dejé en la guantera y que era mucho más”, recuerda Martha.

“Reclamé al jefe del estacionamiento, pero negaron que ellos hubieran robado el dinero del portavasos. Cuando saqué el rollo de billetes de la guantera todos abrieron los ojos admirados. Me fui sin pagar y nunca volví a ese estacionamiento”, agrega la afectada.

Daniela, a su vez, dice que a ella le ha tocado ver botellas llenas de orina en algunos estacionamientos. Comprende que los encargados no pueden estar revisando que todos los usuarios conserven las formas, por lo que considera que son los mismos clientes los que provocan esa mala imagen.

Para Armando, su experiencia en los estacionamientos no ha sido mala. Indica que utiliza diferentes establecimientos, dependiendo de a dónde va, o si lo hace acompañado.

“Cuando voy solo al centro me gusta usar un estacionamiento no tan céntrico. Me gusta caminar por las calles. Cuando salgo con la familia uso algún estacionamiento más cercano al lugar a donde vamos. Por lo regular nunca tengo problemas. Quizá lo más extraño o desagradable que me ha pasado es que el encargado esté de mal humor, pero lo comprendes, tratan con mucha gente todos los días”, agrega Armando.

Algunos estacionamientos cobran el uso del baño a sus clientes, mientras que, la gran mayoría, ofrecen el servicio a los usuarios de manera gratuita, y los menos, no cuentan con sanitarios abiertos al público.

Al final, los automovilistas usan el estacionamiento que les queda cerca o en donde hay lugar para dejar su coche, pues el aumento en el parque vehicular queretano ha hecho que los espacios disponibles en la zona sean cada vez menos.

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