Desde mayo del 2022, Mauricio Mejía, pescador de la comunidad Corea, en Santa Rosa Jáuregui, ha reducido la crianza de peces, debido a que la presa Santa Catarina, de la capital, no ha recuperado su nivel óptimo de agua.

De manera habitual, relata Mauricio, los productores siembran dos veces al año, pero en su caso están por cumplirse 12 meses desde la última vez que la presa estuvo en condiciones idóneas para la crianza.

Estima que actualmente la presa está al 40% de su capacidad de llenado, sin embargo, señala que para poder criar peces necesitan que esté al menos al 60%, para que el pez se desarrolle de forma adecuada.

“No podemos meterle cría porque se nos muere por falta de oxígeno y se baja la reproducción; no tenemos mucha mojarra. (Para introducir cría, la presa debe estar) mínimo como a 60% y que no le sacaran el agua porque como riegan, le sacan (el líquido) por la cortina, va bajando el nivel del agua, porque ya tiene mucho azolve también. (…) No hemos echado crías desde mayo, por el bajo nivel de agua”, detalla a este medio.

Durante 2022 las lluvias fueron escasas en la comunidad, esto repercutió en que el nivel de llenado de la presa se mantenga bajo, limitando las actividades acuícolas que realizan los pobladores en la zona.

Mauricio Mejía es parte de la cooperativa de pescadores Enrique Burgos García, que agrupa a alrededor de 11 productores acuícolas de la localidad. Explica que algunos compañeros han optado, de forma paralela, por buscar otro empleo con la finalidad de obtener un segundo ingreso.

El productor recuerda que hace aproximadamente dos años fue una de las últimas veces que vio la presa llena, pero la baja precipitación pluvial que se presentó durante el año pasado sigue limitando el crecimiento de su caudal.

“Este año nos fue mal, nos llovió muy poco, no alcanzó a aumentar el agua (de la presa), está como a 40%, está bajito. Hace dos años sí se llenó por completo hasta acá, pero el año pasado sí llegó muy bajo de lluvias y no alcanzó a aumentar el agua.

“A parte, como sacan para regar, las pipas se llevaban el agua, están trabajando en los bancos de tepetate y todavía quedó un poco más abajo la presa.

“Años atrás ha estado llena, pero ahorita se ha puesto crítico [el suministro porque] no llueve, hace dos años se llenó, pero este año no cayó agua y ya está muy baja”, señala el pescador.

Mauricio lleva casi 25 años dedicándose a la pesca en la comunidad, sin embargo refiere que actualmente pasan por otras complicaciones, pues comparte que el descenso en el almacenamiento del líquido no está relacionado solamente con la falta de lluvias.

Explica que la pérdida de agua también se relaciona con otras prácticas, entre ellas, el hecho de que personas succionan agua de la presa para actividades de riego.

Además, una problemática a la que se enfrentan desde hace casi 10 años es a la pesca clandestina, una práctica que merma la producción acuícola de la zona y en particular la que realizan los pescadores.

“Nos afecta mucho la gente que llega a pescar clandestinamente, nos llega bastante gente clandestina a pescar y se lleva la cría pequeña, chiquita, de hecho, ya ni la dejan que crezca.

“Hace como unos 10 años que se nos dejó venir la gente, antes sí llegaba, pero menos y nos respetaban; nos veían y se iban, ahorita ya no, ya nos echan bronca. Ellos dicen que nos las regala el gobierno (las crías) , si nos las regalaran, ¿porque no van a que se las regalen también?”, se pregunta.

Narra que algunas personas vienen tanto de Querétaro como de Guanajuato, de localidades aledañas a la comunidad de Corea; esta situación, incluso, ha implicado un riesgo para los pescadores.

“Vienen con redes, con su atarraya y francamente ya no nos arrimamos, porque no tenemos apoyo de la autoridad que nos vengan a echar la mano, porque sí se han puesto agresivos, nos han sacado hasta navajas. Nos dijo un biólogo de aquí que no nos arriesguemos.

“[Pedimos] que nos apoyen con lo de los pescadores clandestinos, así podemos dejar que crezca (la producción), ellos la sacan más pequeña”, expone.

La pesca clandestina merma la actividad acuícola, pues las personas que llegan a extraer los ejemplares que crían los pescadores, se llevan especies que aún no han terminado su proceso de desarrollo.

Por ello, productores de la zona hacen un llamado a las autoridades para que atiendan esta problemática: “Hay veces que sí han mandado (personal), pero hay veces que no nos hacen caso y sí nos está afectando también eso”, acusa.

En tanto, también hacen un llamado a las autoridades del sector para que destinen apoyos hacia este sector productivo, ya que también se ha visto impactado por la escasez del agua y el impacto de la sequía en la comunidad.

“Que nos apoyen, que no saquen más el agua porque, si no, se va a acabar lo poquito que tenemos. Que nos apoyen con poquita cría, aunque sea, porque si le echamos bastante cría se nos va a morir por falta de oxígeno”, reclama.

Al pie de la presa diversos pescadores siguen esperando a sus clientes diariamente, para ofrecerles la producción que logran generar a lo largo del día.

Uno de los establecimientos que ofrecen el producto fresco de la presa es el de Mauricio, quien los espera en “Mojarras El Chino”, donde sus clientes podrán encontrar esta especie y carpa en diversas presentaciones para degustar.

“Mojarra y carpita, son los dos tipos de pescado. Aquí nos pueden encontrar diario, pero temprano, porque hay veces que sí llega gente y se acaba la poquita que sale”, precisa.

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