Una buena alimentación los primeros años de vida, y el ejercicio de manera indirecta a lo largo de los años, ayudan a la generación de neurotransmisores esenciales para tanto las reacciones racionales como las emocionales, explica la doctora Susana Angélica Castro Chavira, investigadora en la Unidad de Neurodesarrollo del Instituto de Neurobiología en el Campus Juriquilla de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al destacar la importancia de estos mensajeros del cerebro.

En el cerebro tenemos muchas áreas distintas que se tienen que comunicar, tienen que coordinarse entre sí y lo hacen con mensajeros. Un neurotransmisor es como un mensajero en el cerebro y cada uno de estos tienen su propio tipo de mensaje a compartir.

De acuerdo con eso, se tienen distintos neurotransmisores en el cerebro y están especializados en cierto tipo de señal. Estas señales son tanto muy racionales como también señales de emociones. La ventaja que tienen las emociones es que son muy rápidas. Van a llevar señales para coordinar una respuesta de acuerdo a lo que está pasando frente a nosotros.

Un neurotransmisor está compuesto de moléculas. Una neurona dentro de sí misma tiene una señal que puede transmitir con un impulso eléctrico, desde donde integra la respuesta de otros mensajes, hasta la siguiente neurona a la que va a transmitir lo hace por medio de un impulso eléctrico.

Pero una vez que llega al final de esa neurona, la señal para llegar a la siguiente neurona no pasa directo. Tenemos una forma de cambio de señal que además da la seguridad de que este mensaje pase como debe de ser y pase el mensaje específico que tiene que pasar. Ahí es donde termina la neurona y empieza una señal química con una de estas moléculas, explica Castro.

Participan varios elementos químicos combinados, que van a funcionar como una llave en este grupo de moléculas. No tenemos un solo neurotransmisor, son varios, como si fueran llaves que están en una bolsa. En donde termina la neurona está la bolsita que se llama vesícula y con el impulso eléctrico la bolsita se abre y salen las llaves hasta la siguiente neurona, y se insertan en los receptores, que son como las cerraduras. Si se insertan en su receptor correspondiente abren. Si varias de ellas mandan esta señal y abre, esta neurona cambia su estructura para a su vez transmitir su siguiente impulso eléctrico.

Este mensaje que pasó de una neurona a otra es el mensaje químico, moléculas que no sólo tiene ciertos elementos químicos, sino que también tienen una forma, porque si no tuvieron esa forma, que se llama configuración tridimensional, no tendrían el mismo efecto, y por eso se tienen varios tipos y subtipos en el cerebro.

El papel primario de la alimentación

Hay un factor primario que afecta la creación de neurotransmisores: la alimentación. Por ejemplo, si no tenemos los elementos químicos suficientes para formar estas moléculas no podrán ser formadas.

Otras sustancias que se consideran básicas son la glucosa, que es la energía que requiere el cuerpo y el oxígeno, para que las células estén vivas.

Se tienen muchos mecanismos que balancean esto. El ejercicio también es importante. El ejercicio oxida el cuerpo, pero a la vez lo prepara para ser resistente a la oxidación u otros problemas. El ejercicio, de manera indirecta, contribuye a una buena salud en cuanto a los neurotransmisores. De hecho, el ejercicio está asociado a algunos de esos mensajes, a esos neurotransmisores.

Por ejemplo, se produce más dopamina cuando se hace ejercicio. La gente se siente mejor, entonces ya no solamente es este balance de oxidantes y antioxidantes, sino también el ejercicio per se va a ser que el cerebro tenga esta señal para producir más dopamina.

Por otro lado, señala Castro Chavira, un ejemplo de falta algún nutriente, es la anemia, que es la ausencia de hierro, que deriva en la falta de alimentos con ciertos minerales, en este caso, el hierro presente en la hemoglobina para que se lleve oxígeno en la sangre.

“Los niños que tienen algún tipo de desnutrición tienen algún tipo de dificultades en la escuela, pero además siempre tienen sueño. Imaginemos una situación estresante, de peligro. Ese niño no va a responder igual de rápido, precisamente porque no existe la misma disponibilidad biológica de neurotransmisores para transmitir las señales igual de rápido”, asevera.

Destaca que si no se tienen suficientes precursores, las piezas más pequeñas para formar los neurotransmisores, “si no se tienen suficientes piezas”, no se podrán tener los neurotransmisores. La alimentación se tiene que suplementar y cuando se hace esto se llevan al organismos estos precursores, pero la realidad lo que se toma de los alimentos son los materiales que permitirán acumular los precursores que ayudarán a formar los neurotransmisores.

Incluso, algunas enfermedades, como las insuficiencias cardíacas, limitan la oxigenación del cerebro, provocando la muerte de las neuronas, que a su vez limita la creación de neurotransmisores.

En el caso de la diabetes, la alta concentración de azúcares en la sangre los convierte en peligrosos, pues se “pegan” a las membranas de las células, causando que otras sustancias las dañen. Si las neuronas mueren, no hay neurotransmisores.

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