Querétaro, Qro.

Un hombre de edad avanzada espera su turno para pasar con la mujer que está del otro lado del mostrador. Sus ojos denotan cansancio. Detrás de él hay más personas, algunas de las cuales viven en situación de calle o la pandemia de Covid-19 afectó en sus ingresos, por lo que acuden a Cáritas, donde pueden recibir ayuda para paliar las necesidades que la emergencia sanitaria ha traído a la población en general, pero donde los más vulnerables son quienes más lo resienten, y cuyas visitas al lugar aumentaron 50%.

Rafael Bautista, de esa institución de asistencia privada, explica que durante los meses de la pandemia y hasta la fecha, las personas que se acercan a Cáritas han aumentado, muchas de ellas porque perdieron sus empleos y no tienen recursos para comer o pagar las necesidades más primordiales de la vida.

Rafael Bautista Meléndez, de Vinculación Institucional, comenta que la organización trabaja en dos líneas. Una es la asistencia social, en la cual las personas pueden acudir a sus oficinas y “ver su necesidad”, atendiendo entre 20 y 25 casos diarios, entre personas en situación de calle, migrantes con alguna necesidad física o de salud.

“También tenemos el área de Desarrollo Humano. En ella lo que buscamos es impactar con programas y proyectos que busquen mejorar la calidad de vida de las personas. En estos programas lo que tenemos es el desarrollo comunitario en puntos de la zona serrana de Querétaro.

“Nuestro campo de acción son los 18 municipios de Querétaro y siete de Guanajuato”, indica.

En las instalaciones de Cáritas la mayoría de los espacios se usan para almacenar las donaciones que reciben. En una habitación se mantiene la ropa. Frente a la entrada hay un bazar con productos a precios económicos, cuyas ganancias se destinan a comprar otros insumos que no se tienen y que las personas necesitan.

Rafael muestra otros artículos que se destinan directamente a la donación, por ejemplo, mobiliario de un consultorio médico que les fue donado y que a su vez está destinado a un dispensario médico que lo necesita.

En otra habitación, un salón grande, están productos que algunas empresas o ciudadanos han donado, que se ofrecen a precios accesibles, todo, nuevamente, para destinarlo a otras actividades humanitarias.

“No tenemos fines de lucro. Tenemos distintas actividades con las que tenemos la manera de buscar recursos, a través de donativos y cuotas de recuperación”, apunta.

Señala que algunas de las actividades que realizan es la construcción de cisternas para la captación de agua, para aprovechamiento de las familias, así como para regar los huertos de traspatio que también desarrollan.

Una mujer mayor llega hasta la recepción de Cáritas. Espera su turno mientras se recarga en una pared. Las personas que llegan son numerosas y sus necesidades también.

Durante la cuarentena, dice Rafael, repartieron despensas entre la población más necesitada de la entidad.

En sus instalaciones, apunta, armaron las 13 mil despensas que repartieron durante la contingencia, gracias a los donativos de varias empresas. Todo ello, añade, lo hicieron a puerta cerrada y con personal controlado.

Desde que abrieron de nueva cuenta sus instalaciones, comenta, aumentó considerablemente el número de personas que acuden a solicitar ayuda, sobre todo por la falta de empleo.

“Muchas de las personas que se dedican al servicio del hogar han perdido sus trabajos por esa misma razón: la pandemia.

“Hubo recortes en empresas, sobre todo en pequeños negocios que tenían como empleados a algunas personas y que han tenido que cerrar. A veces vienen a solicitar apoyo para medicamentos, a veces para su renta o para comprar alimentos.

“Nosotros hemos tratado en la medida de lo posible poderles ayudar”, subraya.

Bazar familiar ante la crisis del Covid

Destaca que en ocasiones no cuentan con los recursos económicos necesarios para ayudar a la gente, pero que tienen un programa que se llama Bazar familiar, el cual consiste en armar paquetes de 60 prendas de vestir que se entregan a las personas que tienen alguna necesidad y que, al mismo tiempo, ellos pueden vender para obtener los recursos que necesitan, buscando las alternativas para ayudar.

Agrega que una parte importante de las necesidades que tienen en este momento las personas que acuden a Cáritas es por medicamentos, pues debido a la emergencia sanitaria y la reconversión de hospitales para atender a los pacientes con SARS- CoV-2, muchos ciudadanos no acudían a consultas.

En ese sentido, Rafael destaca que durante los meses de emergencia sanitaria también notaron que la solidaridad de parte de la ciudadanía queretana se hizo presente, pues durante los meses de cuarentena los donativos para la organización aumentaron, lo que les permitió trabajar los programas para ayudar a las personas más necesitadas.

Los donativos siguen “cayendo”. La solidaridad no termina.

“Cáritas es un puente de las personas que ayudan con las personas que lo necesitan”, puntualiza Rafael.

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