Originario del municipio de Luvianos, en el Estado de México, José Cándido Vera Tejeda abrió hace 12 años la primera sucursal de su taquería Los Primos, en Querétaro, donde además de los clásicos tacos de cecina y chorizo, ofrece también de obispo, embutido tradicional mexiquense que pocos queretanos conocen, y hasta donde el mismo José sabe, es el único que lo vende en la capital del estado.

El puesto de tacos en el mercado de El Tepe es pequeño, apenas unos cinco bancos caben, pero siempre están llenos, pues más tardan en desocuparse que en llegar un cliente nuevo para pedir su orden.

Sin embargo, José Cándido afirma que comenzó en un pequeño puesto en el tianguis de El Tepe y luego se instaló en un local. “Tenemos 12 años trabajando muy duro, todos los días, de lunes a domingo. Nosotros somos nacidos en el Estado de México. Desde muy chico, salido apenas de la secundaria me fui a la ciudad de Toluca a trabajar la cecina, ahí fue donde aprendí a preparar la cecina, chorizo verde, chorizo rojo, adobado, el obispo; todo lo preparamos nosotros con todo cuidado”.

“Cuando inicié fueron friegas muy duras, trabajé muchísimo de lunes a sábado, 12 horas trabajando, empecé barriendo todo lo que es el espacio de trabajo, después fui sacador de carne del congelador, luego fui despellejador de carnes, hasta que aprendí a preparar la carne”, indica.

Llegar a Los Primos en El Tepe no es complicado, basta con preguntar por los tacos de cecina, para que cualquier persona dé “santo y seña” del puesto de José Cándido. Ahí, dos jóvenes despachan en local: Óscar Benítez y Juan Carlos Alcaya, el primero con cinco y el segundo con tres años laborando ahí, se mueven casi de manera sincronizada dentro del pequeño espacio.

Tres jóvenes mujeres llegan para pedir cinco charolas de tacos, para llevar. Las mujeres esperan pacientemente, aunque los dos empleados, vestidos de rojo, se mueven rápido para atender el pedido.

Hay otros comensales: una mujer come sus tres tacos, acompañados con chicharrón, mientras que una pareja almuerza con calma . Los clientes pueden elegir qué tipo de salsa ponerle a sus tacos, aunque la tradicional es la verde.

La mayoría de los clientes piden varias veces tacos, pues la primera orden no siempre es la final.

Pionero en traer tacos de obispo

José Cándido explica que él fue el primero en traer a Querétaro el obispo, embutido que señala se trabaja con mucho cuidado, pues la carne tiene que estar muy bien lavada y en buen estado para poder pasar los filtros que requieren las autoridades sanitarias del estado.

Explica que la mayoría de la materia prima la manda traer del estado de Morelos, pues ahí están varias plantas exportadoras de cárnicos, lo que no deja duda de la calidad drl producto.

El hombre relata que en Querétaro comenzó con un puesto en el tianguis del jueves de El Tepe, “ahí fue donde yo nací, después nos fue bien y pudimos abrir adentro del mercado de El Tepe. Después abrimos en la Central de Abastos, después nos hicimos de un puesto en Satélite y la última que pudimos abrir fue en Lomas de Casa Blanca”.

A pesar de la competencia que ha surgido en los últimos años, con puestos y locales que venden tacos de cecina y chorizo en la capital, ninguno vende obispo, lo que es un plus para Los Primos.

Las tres mujeres que esperaban reciben sus cinco charolas de tacos y se retiran; la familiaridad con la que se dirigen a Juan Carlos y Óscar hace pensar que son clientes frecuentes. Por un momento, un grupo de personas espera frente al puesto a que se desocupen los lugares y poder disfrutar de un rico almuerzo, muy al estilo de la capital mexiquense.

Emplea a conciudadanos

José subraya que la gran mayoría de los empleados de sus locales son originarios de Luvianos, su tierra, pues dice que son muy trabajadores y aplicados, lo que le ha dado impulso a su negocio, pues su trabajo y esfuerzo al 100% es parte importante del crecimiento de Los Primos.

Además del consumo en los locales, José Cándido también ofrece servicios a domicilio, donde señala que los clientes no se deben de preocupar por nada, pues llevan desde la carne, hasta los palillos, pasando por limones, tortillas, servilletas, salsas, de todo.

En el puesto, el movimiento de los dos taqueros no para. Es buena hora para almorzar o desayunar para muchos de los empleados del mercado, o de las oficinas que se ubican a las cercanías, quienes también van a degustar de los tacos.

No sólo ellos, pues también personas que conocen la taquería, aunque no estén en las inmediaciones del lugar, se dirigen a El Tepe para almorzar un buen taco con sabor a Toluca.

José Cándido es optimista respecto a su negocio, pues le gustaría crecer “hasta donde me dé capacidad”; tiene planes de consolidar su negocio a mediano plazo.

“Pienso hacer de mi taquería una empresa con venta de franquicias, es mi sueño. Voy a echarle todas las ganas, incluso ya está registrado el nombre, que hay muchos que están usurpando mi nombre, con mi mismo estilo, pero uno no puede evitarlo”, agrega.

Espera que esta “piratería” de nombre no le afecte, pues en muchas ocasiones le reclaman que le compraron carne mala en un local que se llama igual, pero que nada tiene que ver con sus taquerías.

Las tortillas no paran de calentarse, mientras la cecina termina su cocción. Otro cliente pide un taco de chorizo verde y otro de obispo. El empleado asienta con la cabeza, mientras se dispone a guardar en una bolsa el pedido para llevar. Guarda las charolas cubiertas con papel aluminio y mete a la misma bolsa las salsas que ya había dejado listas.

Mentalmente hace la cuenta, la informa al cliente, quien saca el dinero para pagar, mientras atrás de él ya hay otro cliente que mira con interés; mientras, el olor de la carne asándose invita a la gente a hacer una pausa a media mañana para “echarse un taquito toluqueño”.

km

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