CIUDAD DE MÉXICO.- Brian Félix siempre estaba alerta para evitar ser atacado. Pero ayer un hombre vestido de negro ingresó a su domicilio en Iztapalapa para matarlo de tres balazos.

Él tenía 28 años y desde que era menor de edad se cuidaba para evitar ser asesinado. Y es que antes de cumplir 18 años fue cómplice de un homicidio que lo llevó al tutelar de menores.

La prisión no era el castigo para Brian, pero el saber que podría ser ejecutado, lo condenó a mantenerse atento ante cualquier ataque.

Ayer, después de la 1:00 de la tarde, él salió de un gimnasio de la colonia Puente Blanco para caminar siempre vigilante hacia su casa. Pero de nada sirvió estar alerta.

Y es que al domicilio ubicado en el número 76 de la calle Río Colorado Mz. 103, lote 11, llegaría su homicida.

Brian salió de bañarse y se preparaba para ir a un paseo con su esposa; aún estaba desnudo cuando el atacante apareció en una de las habitaciones de su casa.

Era un hombre de unos 30 años que vestía ropa deportiva color negro y que disparó en cinco ocasiones. Tres de los tiros dieron en el cuerpo del exconvicto.

Tras el ataque, el homicida salió de la casa y abordó un automóvil Chevrolet Aveo para huir del lugar.

Las cámara de vigilancia siguieron al agresor en su huida. Fue la esposa de Brian quien pidió ayuda, pero cuando los paramédicos arribaron, él ya había muerto.

Ante los agentes que atendieron el caso, el padre del fallecido declaró que su hijo era un santero que solía trabajar como técnico de una empresa de televisión por cable.

Pero cuando no trabajaba, se dedicaba al robo y la violencia. Por eso, el tutelar de menores no fue el único lugar en el que estuvo preso.

Hace tres años, ingresó al Reclusorio Oriente por el delito de robo. Además, solía tener amistades que lo acompañaban para cometer delitos.

Su padre piensa que el homicidio del hombre se debió a una venganza por los crímenes que él cometió.

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