Habitantes de Tunamanza, en San Juan del Río, están en incertidumbre debido a la granizada ocurrida el pasado viernes, que dejó como saldo decenas de viviendas dañadas, afectaciones en el suministro de luz eléctrica, así como pérdidas de granos y algunos cultivos.

Este domingo los vecinos de la localidad y sus familias acudieron a la iglesia local, como lo acostumbran; sin embargo, al salir de la misa el tema en común fue los daños que tuvieron en sus viviendas.

Guadalupe Ramírez Miranda vive en una casa que queda de paso a la iglesia, junto a la cancha de basquetbol; su hijo y su esposa atienden una pequeña tienda de abarrotes. Al pasar la gente por fuera de su vivienda, se asoman para ver la viga de metal que quedó doblada por el granizo; quienes se acercan a platicar con él, le comparten la anécdota personal de la granizada,

“Estaba yo cenando a las 7 de la noche cuando inició; yo pensé que no iba a durar mucho pero que se sigue y duró un promedio de media hora. Mi muchacho estaba en la tienda y cuando entró me dijo: ‘Papá, el tejabán ya se cayó y sobre los tambos de maíz está el chorro de agua’. “Pensé que ya me había dañado a mí, pero de rato empezó a correr la voz que a otros también les había tirado los tejados y sus casas”, relata Guadalupe Ramírez, un adulto mayor que, aun cuando le cuesta trabajo caminar, se encarga de sembrar sus tierras para tener maíz de consumo propio.

A la casa de Guadalupe Ramírez también se acercó el señor Floro Barrón Trejo, agricultor de 75 años, quien perdió media hectárea de su siembra de frijol.

En la plática que tiene con su vecino le cuenta que los daños en su casa fueron en una pequeña bodega donde tiene alimento para animales y donde guarda su camioneta, la cual usa para transportar su maíz.

Posteriormente nos lleva a su vivienda y relata que esa parte de la comunidad fue una de las más afectadas por estar en la parte alta. La preocupación principal del señor Floro es que se les puedan brindar apoyos para reconstruir las viviendas, pues hay esperanza de que el maíz sembrado logre retoñar.

“Lo bueno es que no nos pasó nada”. En una casa que se encuentra al fondo de la calle donde vive el señor Floro está la casa de David Barrón Flores; aunque la casa no tiene mucho tiempo de haberse construido, el techo de lámina presenta afectaciones: algunos agujeros y separaciones que permitieron el ingreso del agua.

Sin embargo, una de las pérdidas más sentidas para David es el de un perrito de apenas cuatro meses, mascota de su hijo pequeño. El perrito se quedó en el patio durante la granizada y lo encontraron muerto luego de realizar trabajos para quitar el hielo; aunque la mascota murió desde el viernes, el hijo pequeño de David no ha querido que lo entierren.

“El niño todavía tiene ahí su perrito, dice que no lo quiere tirar, también se nos murieron gallinas, unos patitos, pero lo que fue bueno es que a nadie nos pasó nada, no se nos cayó algo encima o nos lastimamos”, menciona David.

A decir de los habitantes de Tunamanza, en los últimos 50 años no se había presentado una granizada de tal magnitud, por lo que las familias de la localidad esperan el apoyo de las autoridades para poder recuperar un poco de lo que el granizo les quitó.

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