Una mujer brasileña de 27 años, que fue a cobrar un beneficio social a un banco de Soradinho, en el Distrito Federal, aprovechó tal circunstancia para denunciar a su marido violento. “¿Me puede ayudar? Violencia doméstica. Él está ahí afuera”, escribió la joven, en su desesperación, en un ticket de banco que entregó al cajero.

Por fortuna para esta mujer, por cuestiones de protocolo por el coronavirus, su marido no había podido ingresar a la sucursal bancaria con ella. La ausencia de su agresor la ayudó a solicitar ayuda sin interferencias.

La clienta añadió a su nota en el papel bancario la letra X, que, luego de una campaña de la Secretaría de la Mujer, en Brasil funciona como un código para comunicar, en comercios o lugares públicos, que una persona es víctima de violencia machista y necesita ayuda urgente. Aunque no fue este el caso, por lo general la “X” se escribe en la palma de la mano y con algún elemento de color rojo.

“Después de entregarme su mensaje la mujer estaba asustada. La vi con una expresión de miedo en su rostro”, dijo luego el empleado del banco, que no quiso identificarse, al medio brasileño G1.

El hecho ocurrió el pasado lunes 1 de marzo, cuando la mujer fue a retirar dinero del programa de asistencia Bolsa Familia. La reacción del cajero del banco al recibir la nota fue la de entregarle una hoja en blanco a la mujer para que escribiera allí la dirección de su casa. Ella anotó sus datos y aclaró que vivía allí con su agresor y sus dos hijos.

En la hoja agregó además un par de indicaciones para la policía. “Si tocan la puerta y no abre, insistan, porque va a fingir que no está”. Y también escribió: “No les doy el número de teléfono, porque él puede atender”.

Luego de hacer su trámite y recibir su dinero, la mujer se fue del banco, y el empleado comunicó lo que había pasado a sus compañeros. Luego de infructuosos intentos de los empleados del banco para que la policía local hiciera algo por la mujer que pidió socorro -incluso la delegación de Atención a la Mujer ignoró su pedido-, se dio el hecho de que una de las empleadas conocía gente de la Policía Militar y se comunicó con ellos.

Así fue como, al día siguiente de la entrega del ticket con el pedido de auxilio, agentes del Grupo de Prevención Orientada a la Violencia Doméstica y Familiar (Provid) de la Policía Militar Brasileña llegaron a la casa de la mujer, ubicada en la localidad de Planaltina, a rescatarla.

Allí, los efectivos encontraron a la mujer, que estaba en el domicilio junto a sus dos hijos, un niño de 19 meses y una niña de cinco años. El agresor no se encontraba en ese momento en su casa, pero ella estaba muy asustada, según el testimonio del sargento de la Policía Militar, Sérgio Borges.

La mujer y sus hijos fueron trasladados a un albergue para alojar a víctimas de maltrato familiar y el hombre, hasta donde informaron los medios brasileños, todavía no había sido localizado.

“Este caso fue muy emblemático. Ocurre que lo primero que hace el agresor es impedir que la mujer se comunique. Esta víctima, al tener la oportunidad de salir de casa, decidió pedir ayuda y la gente entendió el mensaje. Esto demuestra cómo la sociedad está más atenta en estos casos de violencia. Ese es el camino“, dijo la Secretaria de la Mujer del Distrito Federal, Ericka Filippelli en referencia a este caso.

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