Los trabajadores de la construcción interrumpen sus labores al paso de la decena de personas que invaden la obra en proceso. Dejan a un lado sus herramientas y tratan de pasar desapercibidos. Otros, continúan con sus actividades, ajenos a los visitantes, encabezados por el alcalde de Corregidora, Mauricio Kuri González, quien supervisa los avances en la obra del Polideportivo Candiles. El presidente de la empresa República Sana, Eduardo Sánchez Urrutia, es quien explica los avances de la obra, así como la distribución de los espacios en el lugar.

Albañiles, maestros de obra, arquitectos, todos afinan los detalles y trabajan a marchas forzadas para terminar las instalaciones que deberán de quedar listas en enero.

Para el recorrido se reparten cascos y chalecos color naranja, pues la obra aún en obra negra puede resultar peligrosa. El alcalde Kuri escucha las explicaciones de los encargados de la obra. “Aquí será una sala de spinning. Contará con aire acondicionado, para evitar que los usuarios suden mucho por la temperatura”, se le explica.

La comitiva sube unas escaleras y desde arriba también se puede ver la fosa de la alberca principal, vacía aún y en trabajo de construcción. Se dice que usará tecnología avanzada, para mantener el agua limpia y a buena temperatura, además de usar materiales resistentes a la humedad.

Desde esa zona se aprecia casi toda la ciudad. Del otro lado de la calle, también en construcción, se observa otra parte del polideportivo, ese administrado en su totalidad por el municipio, donde destaca la cancha de futbol y su pista de tartán rodeándola.

Ya en la planta baja, se pide a los visitantes no pisar azulejo recién puesto. Se avanza lentamente hasta donde están las piscinas terapéuticas que tendrá el complejo deportivo.

En la fachada del inmueble, sobre un andamio, dos trabajadores de la construcción ultiman los detalles del aplanado. Apenas termina el recorrido por la obra, todos los trabajadores regresan a sus lugares. Algunos avergonzados cuando algunos fotógrafos les piden una instantánea haciendo sus faenas. Ríen, se voltean o se hacen a un lado. “Nosotros no somos importantes, tomen la foto a los políticos”, dice uno de ellos mientras sonríe y toma una escoba.

Luego de recorrer la obra, alcalde y comitiva se dirigen al remolque donde el personal de la empresa que administrará las instalaciones recibe a los interesados en inscribirse, al deportivo.

Ahí, Kuri González recibe una explicación del procedimiento para inscribirse. Todos los interesados se someten a un examen físico, donde son pesados y les miden el porcentaje de grasa corporal y la masa muscular.

El edil es sometido al examen. Se descalza, se quita los calcetines y bromea un poco sobre el “mal olor” que invadirá el lugar. Le pregunta su fecha de nacimiento y estatura, y pasa a la báscula. El encargado del examen le dice que está bien el general, y apenas rebasa por un punto el máximo de grasa corporal considerado normal.

Bromea sobre su edad y lo frío del piso del remolque, pero el resultado del alcalde señala que está bien.

Se le explica que este procedimiento se hará a todos los asistentes al deportivo una vez al mes, para ver sus avances físicos.

Con la retirada de los visitantes, la rutina regresa a la obra, que deberá estar lista en poco más de un mes, para recibir a los amantes del deporte.

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