Eulalio López, Zotoluco triunfó en la tradicional corrida navideña de la Plaza de Toros Santa María, al cortar dos orejas y salir a hombros en lo que fue su última aparición en Querétaro.

Al comenzar el festejo, el empresario Pablo Álvarez, Palillo otorgó un reconocimiento a Zotoluco.

Ya en el ruedo, el rejoneador Jorge Hernández Garate, enfrentó a 1/4 de Siglo, con 505 kilogramos, un toro distraído sin recorrido, que poco le duró. Hernández quiso, pero por la pasividad del burel no fue tan vistoso.

Ante la mala embestida del burel, los forcados queretanos tuvieron que pasar cuatro veces hasta lograr una pega no tan vistosa, pero cumplidora.

Con el toro parado, Hernández Garate tuvo que hundir dos rejones de muerte que poco pudieron hacerle al burel. Fue hasta el descabello que logró darle muerte.

En el primero en la lidia ordinaria, Zotoluco enfrentó a Chicovelillo, de 510 kilogramos, un toro castaño que dejaba muchas dudas con el capote y que los picadores le dieron mucho castigo.

Ya con la muleta, el de Azcapotzalco pudo sacar la poca fuerza que tenía el astado, logrando pases de buenas hechuras. Entendiendo a su enemigo, Zotoluco probó por naturales siendo la mano derecha la más efectiva.

Desafortunadamente erró con la espada dejando ir los premios.

En su segundo astado de la tarde, Zotoluco enfrentó a Salitre, de 537 kilogramos, un cárdeno con más trapío y peso y con más casta. El maestro Zotoluco en su toro de la despedida, se dio un festín con diestra y siniestra encantando al público.

Al son de “Las golondrinas”, mostró lo más torero con espacio y tiempo, y llevando al burel bien metido en la muleta haciendo arte.

Con una estocada en buen sitio, pasaportó a su enemigo levantando al público de sus asientos, provocando, inmediatamente, que pidieran para él las orejas.

A lo que el juez, haciéndose un poco del rogar, le otorgó las dos orejas asegurando puerta grande: ovación y las dos piezas.

Figurón, de 478 kilogramos, fue el primer enemigo de Alejandro Talavante, un toro negro nevado de los cuartos traseros que sin bajar la cabeza y con clara tendencia a irse a tablas.

Alejandro intentó por los dos lados sin tener éxito, pues la condición del toro no se lo permitía. Tras una estocada un tanto trasera pudo dar muerte al segundo de la tarde.

En el segundo de su lote, de nombre Torerazo y 477 kilogramos, Talavante hizo una pintura con el capote con dos tandas de chicuelinas. Con la muleta, tuvo temple y tersura, logró cuajar pases de hondo calado, los cuales fueron coreados por el respetable    que hizo una entrada buena, que no llegó al lleno.

Con la mano derecha y muy despacio emocionó a todos, pasándose la muleta por la espalda dio muletazos largos y sentidos. Con la espada fue certero y dejando una estocada en todo lo alto dio muerte rápida al burel. Lo que le valió una oreja bien ganada.

Buen amigo, de 477 kilogramos, fue el primer astado de Octavio García Payo, quien logró una faena competa de cabo a rabo, pues tuvo que hacer todo desde bregarlo hasta la estocada.

En su lidia aprovechó el buen lado derecho que tenía el toro que fue llevado con pinzas antes su falta de casta. Lució con buenos pases a media altura y una media estocada que fue certera para que el juez diera una oreja.

Con Romerito, de 522 kilogramos, el queretano emocionó a la concurrencia con pase muy largo y bien llevado, con la mano derecha pudo hacer arte a su máxima expresión.

Ya con las notas de “El queretano”, el de casa continuó dándose un festín de toro.

Desafortunadamente, con la espada no pudo ganarse los premios al errar, y fue hasta el segundo intento que dio muerte al astado. Oreja y ovación.

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