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Las ciudades como la nuestra tienen un encanto distinto, en algunos momentos cuando la suma de los elementos que buscamos, quienes tratamos de atrapar imágenes en una cámara, lo permiten.
Pareciera que de repente el cielo se viste de color y los árboles corrieran presurosos para encuadrarse en la foto, mientras el monumento se ubica con ese orgullo y reconocimiento para una mujer valiente, como hay muchas hoy día para fortuna de este país. Entonces el viento hace de las suyas y despliega algo parecido a serpentinas o luces de bengala usando nubes y nos ofrece un instante que no vemos cualquier día.
En estos últimos días de temporada normal de vacaciones, junto con los visitantes y turistas, hay que darse el tiempo de observar alrededor en este pequeño rincón de la geografía, pero enorme en la suma de los momentos más trascendentales de la historia de México, para que podamos todos respirar ese aroma a Patria, que cuidamos con mucho esmero, en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.
