Uno de los trabajos en el que las personas arriesgan la vida de forma cotidiana es en el reparto de comida rápida, principalmente en la entrega de pizzas de empresas que cuentan con compromisos de velocidad, ya que al menos 35% de ellos han sufrido algún percance durante su jornada.

Con 18 años de edad, Luis Alberto Magaña, comenzó a trabajar como repartidor de comida rápida hace un año, el riesgo que corre se multiplica al acelerar la motocicleta que utiliza para tratar de llegar antes de 30 minutos para realizar la entrega, de lo contrario, el producto es gratis, lo que representa pérdida para su empresa.

“Nosotros tratamos de llegar rápido, en promedio hacemos 15 minutos a cualquier parte de la zona que nos toca cubrir, tenemos que darnos prisa para que la compañía no pierda, hay zonas en las que nos arriesgamos mucho, como cuando agarramos las avenidas rápidas”, indicó.

Las motocicletas de los repartidores, a pesar de contar con motores pequeños, pueden alcanzar hasta los 130 kilómetros por hora, por lo que el riesgo aumenta al no contar con carrocería.

Sin embargo, las compañías tienen aseguradas a las motocicletas, pero este seguro no cubre las lesiones sufridas por los trabajadores de reparto, por lo que en muchas ocasiones los jóvenes pierden su trabajo después de sufrir un accidente.

Las empresas contratan a jóvenes por considerar que son los que mejor conducen las motos tipo cargo de 125 centímetros cúbicos, que tan sólo el año pasado dejaron un saldo de 83 atropellados.

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