Con varios años de experiencia en distintas artes marciales, Javier Badillo vio ir y venir modas de distintas disciplinas en el estado de Querétaro, desde tae kwon do hasta lima lama y, recientemente, krav maga o box.

Aunque avala todas las artes marciales, aclara que no existen disciplinas exclusivas para hombres o para mujeres, ni una específica para la defensa personal, pero es necesario pensar bien con quién se acude para aprender una técnica u otra.

El único riesgo es caer en manos de gente sin preparación, que ofrece enseñar “defensa personal” sin responsabilidad y sin una técnica adecuada, que los puede poner en un peligro mayor, advirtió.

Javier proviene de una familia de karatekas y boxeadores. Él es un profesional del kick boxing y boxeo, además, maestro cinta negra cuarto dan en karate.

Menciona que su papá fue boxeador profesional; uno de sus hermanos es cinta negra octavo dan en karate: otro hermano es séptimo dan, y otro hermano es sexto dan.

De todos ellos, aprendió una responsabilidad de oro en las artes marciales: no meterse en problemas, ni hacerse el valiente.

Cuando llegó a Querétaro, en 1997, para abrir su gimnasio, recuerda que el estado tenía una “saturación” de tae kwon do y decidió innovar su forma de trabajo al ofrecer kick boxing, porque la gente ya no sentía atracción por otras disciplinas.

Luego llegó el interés masivo por el lima lama y ahora el krav maga, que se ofrecen como artes especializadas en “defensa personal”, cuando en realidad “no existe un arte marcial específico que te diga: esto es defensa personal. El karate, el kung fu, lima lama, todas las artes marciales que existen son defensa personal. Decirlo así es por moda”.

Lo que pasa en Querétaro, dice Javier, es que se promocionan las artes marciales con fines mercadotécnicos y no tanto como disciplina. Agregarle al nombre de una disciplina, como lima lama, el término de “defensa personal” y completarlo con la frase “para mujeres”, atrae a más gente que sólo señalar el término deportivo.

“Todos son artes marciales, el lima lama es polinesio, el krav maga es israelita, el karate es japonés, el tae kwon do es coreano, pero todos se enfocan a la defensa personal”, aclara.

El éxito comercial de las artes marciales depende muchas veces de las modas. Cuando decidió enseñar kick boxing tenía hasta 300 alumnos en un mes; ahora tiene esa cantidad de alumnos en el boxeo, porque está de moda gracias a la televisión.

Otro problema es que hace 20 años para comprobar que sabías un arte marcial requerías fotografías, trofeos y papeles certificados. Hoy cualquiera puede alterar una fotografía o subir un video modificado al internet y hasta falsificar un certificado de algún nivel en cualquier disciplina para que le crean que sabe dar clases.

Según Javier, esos engaños son constantes. Uno que otro de sus ex alumnos sólo llegan a cierto grado de su preparación y luego se entera que están en otra parte de la ciudad o del estado como maestros de algún arte marcial, sin tener algo que los avale o hasta con nombre falsos.

Una de las peores mentiras en los cursos de autodefensa personal que se ofrecen al por mayor es pensar que cualquier persona puede aprender técnicas en un momento y sin la disciplina adecuada.

“Yo entreno boxeadores y siempre estás con los nervios de punta. Subes al ring y se te olvida todo lo entrenado por cuatro o cinco o seis semanas, haciéndolo diario, viviendo de esto. Una persona normal, que no está expuesta a esto, se paraliza. No puedes decir: ya entrené artes marciales, ya soy experto, para ser experto tendrías que irte a una colonia peligrosa diario, buscar problemas, defenderte y luego a otra y a otra para dominar una técnica, eso no se hace”, agrega.

Cuando las artes marciales mixtas se pusieron de moda en la televisión, todas las escuelas se llenaron de alumnos. En su caso, tuvo que aclarar que no daba ese entrenamiento y los mandaba con otros profesionales.

No ir con quienes en realidad saben las técnicas, expone a las personas a fracturas y lesiones innecesarias, además significa un riesgo porque piensan que dos o tres semanas serán suficientes para defenderse.

El peligro es mayor en aquellas disciplinas como el krav maga, cuando se enseñan sin un sentido de responsabilidad, porque se trata de un arte militar que puede causar serias lesiones, aunque Javier considera que esta moda “va a pasar, ya va de salida”.

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