México vivía los estragos de la Revolución: muerte, hambre, enfermedades. Villistas, zapatistas, obregonistas, huertistas y carrancistas peleaban por sus causas. “Todos hechos bola y, entre tanta salpicadera de sangre, hasta el cielo se puso colorado”, como relata la obra Los Constituyentes.

Entonces, don Venustiano Carranza convocó a la creación de un Congreso Constituyente, para regresarle al país, “el orden político y social, pa’ hacerlos entrar en cintura pues”, dice el narrador del espectáculo.

Los Constituyentes se estrenó, luego de siete años de haber comenzado el proyecto, en el Teatro Metropolitano, no en el Teatro de la República, en donde originalmente se planeó la presentación, por ser el escenario real del Congreso Constituyente.

Por decreto, se convocó al pueblo de México a elegir los diputados para la asamblea. Comenzaron a trabajar en el mes de diciembre de 1916. Representantes de todos los estados llegaron a Querétaro, que en entonces era la capital del país.

El Congreso Constituyente estaba dividido en dos grupos: liberales y conservadores. Y, entre tantos hombres que se peleaban por hacer escuchar su voz y que además se quejaban por lo que publicaban de ellos en los periódicos de la época, con total banalidad, aparece una mujer, su nombre: Hermila Galindo.

“Ciudadanos diputados ha llegado el momento de acabar con las ideas que han de condenar a la mujer a ser sólo un producto de los designios de Dios, como un ser inferior, incapaz de pensar y decidir por sí misma”, dice a los Constituyentes.

“Es de estricta justicia que la mujer tenga el voto en la elección de las autoridades, las leyes se aplican por igual a hombres y mujeres, nosotras pagamos impuestos, tenemos obligaciones con la sociedad, obedecemos la ley y si acaso delinquimos, sufrimos las mismas penas que los hombres”, expresa casi a gritos la joven.

Hermila parece está sola en medio de tantos hombres, pero no, Elvia Carrillo Puerto y Dolores Jiménez, también mujeres destacadas por defender los derechos femeninos, aparecen de pronto en escena.

El dramaturgo Juan Carlos Zerecero dijo a EL UNIVERSAL Querétaro que uno de sus objetivos al momento de escribir Los Constituyentes era destacar los nombres femeninos de aquella época, en que estaba activo el Congreso Constituyente.

“Hermila Galindo es una de las muchas feministas que, junto con Elvia Carrillo Puerto y decenas de mujeres, pelearon desde su trinchera durante la Revolución, como maestras, como amas de casa bien educadas y las que pelearon sin estas ventajas económicas y sociales, las rieleras, las que viajaban con los maridos, dándoles apoyo, lavando ropa, cuidando niños, incluso con armas, y yo quería que en ese proyecto se rescataran los nombres femeninos”, explicó.

Las discusiones de los Constituyentes, las charlas en privado y hasta en los bares, como el Puerto de Mazatlán, que estaba frente al entonces Teatro Iturbide (hoy Teatro de la República), también forman parte del espectáculo.

La obra muestra a los espectadores cuadros de danza, teatro y multimedia, incluyendo escenas de la misma película Los Constituyentes, que se filmó en Querétaro.

Edgar Pulido es el creador de la idea original y productor de Los Constituyentes y Luis Martín Solís es el director de escena.

Leonardo Kosta da vida al jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza; también participan los actores Franco Vega, Ituriel Hernández, Román García, Luis Rabell y Guillermo Smythe.

El espectáculo tendrá funciones gratuitas lunes 6, martes 7 y miércoles 8 de febrero, a las 18:00 y 20:00 horas, en el Teatro Metropolitano del Centro de Congresos de Querétaro.

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