“No tiene sustento la acusación en la que insiste la Fiscalía. Se absuelve a Dafne McPherson del delito de homicidio calificado y se levanta la medida de prisión de manera inmediata”, sentencia el juez. La sala mantiene el silencio, pero Dafne, sus padres y algunas asistentes comienzan a llorar. Se hizo justicia, se escucha en murmullos.

Es miércoles, y la audiencia de reposición del juicio duró dos días; el juez, Alejandro León, estableció 24 horas más para dar su fallo. El martes, los papás de Dafne, Edna y Édgar McPherson, salieron decepcionados pero con fe en que el juez consideraría todos los argumentos dados por la defensa, muy diferente a la que su hija tuvo en julio de 2016, cuando fue declarada culpable y sentenciada a 16 años de prisión.

Entre las activistas, periodistas que cubrieron la audiencia, los abogados y la familia se contagió la alegría por la liberación de Dafne; fueron testigos de la manera en que se refutaron las acusaciones de la Fiscalía, estuvieron cuando una de las fiscales preguntó casi 10 veces al médico especialista en ginecología en dónde estaba la fecha del informe que presentó, para tratar de restarle importancia, a pesar de que explicó ampliamente el análisis realizado.

‘Nunca perdí la fe; la verdad sale a flote’: Dafne McPherson
‘Nunca perdí la fe; la verdad sale a flote’: Dafne McPherson

También escucharon cuando el médico legista no pudo explicar cómo aplica la perspectiva de género en su actividad y cuando dijo que “hay mujeres que se dan el lujo de no atenderse cuando están embarazadas”.

Tras el veredicto, Dafne abrazó a sus abogados y lloró, como lo ha hecho tantas veces desde aquel 17 de febrero de 2015 en que tuvo el parto fortuito, pero esta vez las lágrimas fueron de felicidad, de agradecimiento, de libertad. Salió de la sala y corrió a abrazar a su familia, después junto con sus abogados habló con los reporteros.

Afuera la esperaban sus padres, sus padrinos y el equipo de la defensa legal, los peritos que testificaron, las activistas que estuvieron acompañando a su familia, todos desbordados por la felicidad de haber logrado su liberación.

Con la voz cortada, Dafne dijo a los reporteros que nunca perdió la fe y pidió a las mujeres que viven una situación similar a la de ella que tengan esperanza porque “la verdad siempre sale a la luz”, también se dijo de acuerdo en las acciones legales que emprenderán sus abogados respecto a las demandas de responsabilidad y de reparación del daño.

Después de hablar con los reporteros, Dafne esperó junto con sus abogadas y su familia hasta que llegó su hija, Lía. En ese tiempo se tomó muchas fotos, habló por teléfono, se cambió los zapatos, pidió comida que no fuera de la cárcel; pero lo que más quería era ver a su pequeña.

‘Nunca perdí la fe; la verdad sale a flote’: Dafne McPherson
‘Nunca perdí la fe; la verdad sale a flote’: Dafne McPherson

Reencuentro.

En cuanto se declaró la absolución, Edna fue por su nieta a la escuela para que pudiera estar con su mamá. “Te tenemos una sorpresa” le dijo a la niña quien ya iba sonriendo desde que entró al lugar, del otro lado de la acera salió Dafne a su encuentro. Se abrazaron y lloraron. La niña le preguntó si volvería a irse, ella le dijo que no. Lía la abrazó más fuerte y le pidió que en la tarde la llevara al parque.

Tres años y cuatro meses pasaron para que Dafne pudiera comer con su familia, esta tarde no sólo estuvo con ellos, también con sus abogados que se han vuelto sus amigos; así como las activistas y defensoras de derechos humanos que la acompañaron en el caso. Esta tarde no dejó de abrazar a Lía, volvió a jugar con ella y volvió a sonreír.

También atendió llamadas telefónicas de sus familiares, “ya estoy libre” dijo en una conversación con una amiga. Después contestó entrevistas de radio y en todo momento estuvo Lía con ella.

‘Nunca perdí la fe; la verdad sale a flote’: Dafne McPherson
‘Nunca perdí la fe; la verdad sale a flote’: Dafne McPherson

“Ya no me haces caso a mí ¿verdad?”, le comentó entre risas Edna a Lía, pero ella sólo sonrió y volvió a abrazar a su mamá.

Las remembranzas de la audiencia fueron la plática de la tarde, también los recuerdos de todo el proceso y el trabajo que implicó armar la defensa legal, las visitas al Cereso con sus particularidades para entrar; los múltiples viajes que los abogados hicieron en este último año desde la Ciudad de México a Querétaro para insistir con el Tribunal Colegiado, para ingresar los amparos, para luchar por la libertad de Dafne.

En la despedida, los abrazos fueron el gesto más recurrente, todos se agradecieron estar durante todo este tiempo, apoyar desde su causa y su espacio. Esa tarde Dafne estuvo con su familia, pero también conoció físicamente a gente que apoyó su causa y quienes también le agradecieron haber aguantado y tener fe en que habría justicia en su caso, que además es precedente para las mujeres de este país.

“Solo buena vida” decía la vela que se colocó al pastel que se partió esta tarde para festejar su libertad. Dafne piensa seguir viviendo en San Juan del Río y buscará aprovechar al máximo el tiempo que tenga junto a su hija y sus padres. No puede recuperar el tiempo que estuvo en la cárcel, pero la libertad le sabe mucho a felicidad; hoy después de mucho tiempo pudo sentir lo que es ser feliz.

arq

Google News

TEMAS RELACIONADOS