En el futbol, como en todo lo demás, el que paga, manda. Casado con ese razonamiento, Miguel Herrera le da la razón a la directiva de Pumas en su pleito de lavadero con el controvertido Mario Carrillo.

“Cualquier directivo o, más bien, dueño de un equipo, puede decir que quiere en su grupo a un jugador en especial, para eso invierte su dinero”, justifica el director técnico del América, quien da su opinión en el caso del otrora estratega de los auriazules.

“Y también nosotros no podemos hacernos los fuertes y decir, ‘no, no, no, a mi equipo lo dirijo yo’, porque no es tu equipo, es el equipo que te dieron para dirigir y a fin de cuentas los argumentos más válidos dan resultados con lo que estás haciendo”, opina El Piojo, convencido de que El Capello se equivocó al aferrarse.

Ejemplifica: “Si me la juego con uno y doy resultados con ese jugador, ellos [los directivos] van a entender por qué estás haciendo eso. Si no da resultado obvio la cuestión del directivo va a valer y te va a decir. La equivocación de nosotros, los técnicos, es que muchas veces pensamos que el equipo es nuestro y no, simplemente lo venimos a dirigir”.

Y para hacerlo más claro, expone: “Los resultados son los que mandan y si te imponen o no, si tú das resultados y no te los imponen o te los imponen y no los pones, si das resultados vas a seguir. Yo creo que ellos son los que mandan”.

En ese sentido, comparte su caso y observa que “afortunadamente yo con toda la gente que he trabajado, mi comunicación ha sido al 100; hoy, la exigencia de Ricardo [Peláez] y el estar todos los días constantemente cuestionándome, obvio es parte de su trabajo, porque es mi jefe inmediato y le tengo que dar contestación de todo lo que hago. Y él también podrá dar su punto de vista, a fin de cuentas yo tengo que convencerlo con mis argumentos en la mesa y con mis resultados en el campo. Esa es la mejor manera para tener una mejor relación; pero si empiezas con el pie izquierdo terminas con un divorcio”.

Incluso, Herrera asegura que en todos los clubes los directivos “te sugieren”, aunque eso no quiere decir que pretendan imponer a nadie. Después de todo “son gente de futbol y aunque mucha gente dice que los directivos no conocen de futbol, pero saben invertir y se están jugando su patrimonio en algún proyecto”.

Entonces, “si un directivo compra a un jugador que no cuesta barato y tiene un sueldo alto, es normal que deba cuestionar a un técnico y decirle, ‘oye, ¿por qué no lo pones?, no me costó dos pesos, no le estoy pagando tres centavos. Lo quiero ver jugar’”.

Y en un último mensaje a Carrillo, El Piojo revela su filosofía y dice que cada que concluye una relación con algún club “no puedes más que agradecer a la gente que confió en ti y te da trabajo”. Mas, al final del camino, “eso que lo arreglen allá, nosotros, por fortuna, estamos a todo dar”.

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