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La picota espera al verdugo americanista. Una victoria águila hoy y la guillotina caería sobre la continuidad de su técnico y las aspiraciones de Pumas de llegar a la Liguilla por el título.
Ganar el duelo 113 entre ambas escuadras sería un placer para los azulcrema, pues una victoria los ratifica entre los mejores de la Liga, además de que los clasifica a la fase final y dejaría en crisis a uno de sus máximos rivales.
Dos triunfos al hilo, moral por las nubes y un estilo de juego que cada vez se nota mejor conformado. Sí, América tiene los argumentos para ir al Olímpico Universitario a asaltar, casi matar a un felino rodeado de incertidumbre.
Miguel Herrera, no obstante guarda mesura como si no quisiera herir el orgullo rival. Quizá busca evitar una reacción felina como la que tuvo Chivas con su equipo, cuando declaró en contra del entrenador del Rebaño Sagrado.
“No está en nuestra cabeza darle la puntilla a alguien, porque no se le da con un partido. Es hacer un buen o mal torneo. Si Pumas pierde estará en la pelea, tiene 20 puntos”, afirma el DT de los de Coapa.
La casa auriazul será una caldera. No sólo por la ya de por sí molesta visita de las Águilas, sino por los ingredientes que han hecho enfurecer a los que suelen acudir cada 15 días al recinto auriazul.
Uno de estos, el que más ha generado ira en la afición de Universidad, es la presencia de Mario Carrillo.
A El Capello se le asocia con el americanismo. Los “¡Fuera Carrillo!, ¡Fuera Carrillo!” han sido constantes, pese a que los Pumas tienen tres partidos ganados en fila en CU.
Además el polémico entrenador ha prescindido de los refuerzos que llegaron al Pedregal para esta campaña como Emanuel Villa. Ese tipo de decisiones también han generado descontento en las gradas universitarias... y hasta de los odiados rivales.
“Sería un ingrediente más importante que jueguen futbolistas de esa capacidad, para que sea un partido mucho más interesante”, expresa el contención americanista Jesús Molina.
El único camino para Carrillo es que sus Pumas derroten al América para enfilarse rumbo a la Liguilla. Si fracasa, el cuadro del que se dice simpatizante estará en la llamada Fiesta Grande, curiosamete, a costa de él.
